De Primera y campeón
Campeones de Segunda División. No podía ser de otra forma. El Levante UD, que ha demostrado una superioridad aplastante a lo largo de toda la temporada, algo que queda reflejado con su ascenso a Primera División a seis jornadas del final de la Liga 1|2|3, empató en el Heliodoro Rodríguez López frente al CD Tenerife (0-0) en un partido que sin duda no reflejó su mejor actuación y en el que no hubo goles pero en el que volvió a evidenciar su seriedad, su fortaleza defensiva y sus tablas. Al final, los de Muñiz lograron lo que necesitaban, puntuar para certificar su primer puesto en la categoría de Plata por segunda vez en su historia, después de haberlo logrado en 2004. No habría hecho falta por las tablas del Girona en su encuentro pero los granotas hicieron los deberes y lo firmaron por sí mismos. Otra medalla para su espectacular campaña.
El Tenerife salió a por todas en su feudo, frente a un rival que se jugaba ser por fin campeón de Segunda División pero con un objetivo que, al fin y al cabo, era el chocolate del loro al lado de dar un paso de gigante para consolidarse en las posiciones de play off de ascenso, que era lo que necesitaba los de Pep Martí. Así, empezaron empujando muy fuerte al Levante hacia su área, una constante en los primeros 45 minutos de juego pero también lo fue que esas oleadas morían una y otra vez en la orilla de la defensa granota. Y, cuando lograron sortear ese dique, los insulares se encontraron con Oier Olazabal y con el colegiado Alberola Rojas.
Muñiz, tras dos partidos frente al Rayo y al Girona, con suerte dispar, con el sistema de dos delanteros, regresó al trivote en el estadio chicharrero y, si bien no le dio para practicar un fútbol excelso con Verza y Espinosa sobre el césped, sí que le permitió tener bien controlado al conjunto local salvo por un par de claras oportunidades que no acabaron en gol. En el 18', el Choco Lozano se marcó una trepidante carrera para plantarse delante de Oier Olazabál pero el portero vasco le ganó la partida al hondureño con una gran intervención. Además, Aaron Ñíguez envió el balón al fondo de las mallas con un bonito disparo pero el árbitro no le dio validez por fuera de juego. Por su parte, el Levante sólo dio noticias en el capítulo ofensivo con algún tiro tímido que expiró en las manos de Dani Hernández.
El partido no cambió mucho en el segundo tiempo, con un Levante que no parecía tener demasiada intención de acercarse al área insular, o al menos a Roger no llegó ni un balón en condiciones, si bien el Tenerife pisó el acelerador en busca del gol, pese a que el empate tampoco le venía demasiado mal para sus intereses. Los segundos 45 minutos fueron casi un monólogo de los hombres de Pep Martí, que por tierra, mar y aire, y sobre todo por la banda derecha de su ataque, intentaban una y otra vez desmadejar la tela de areña tendida por Muñiz para dejar su portería a cero. En una de estas internadas, Suso Santana envió un buen balón para que Choco Lozano rematase entrando al primer palo pero su disparo se estrelló en el poste cuando Oier ya parecía totalmente batido. Eso sí, el arquero azulgrana, en la siguiente acción, estuvo atento para evitar que un disparo lejano de Aitor Sanz se convirtiese en el 1-0.
El único acercamiento de los granotas en este segundo tiempo a los dominios de Dani Hernández, pero que a buen seguro que le dio un vuelco al corazón a los chicharreros, fue una incursión marca de la casa de Toño por el costado izquierdo que terminó rematando con desatino Rubén García demasiado cruzado, a un metro del poste derecho. Muñiz había movido pieza, sacando del césped a Espinosa para dar entrada a Campaña y, posteriormente, a Verza para ganar presencia arriba y segundas jugadas con el juego aéreo de Casadesús. No cambió demasiado el juego del Levante y el Tenerife, que lo intentó por todos los medios, no estuvo afortunado para un empate final que permite a los insulares seguir sumando y, sobre todo, al Levante ser campeón de Liga de Segunda División por segunda vez en su historia.