Krohn-Deli fue uno de los objetivos de la dirección deportiva del Levante UD el pasado verano para reforzar el equipo. El centrocampista, a sus 34 años, era un elemento interesante para aportar calidad y experiencia a la medular granota. La duda residía en la decisión que Eduardo Berizzo, recientemente llegado al banquillo hispalense, tomaría respecto al veterano jugador con el que coincidió en el Celta de Vigo y que, finalmente, no ha vestido en la presente temporada la camiseta del Levante UD.
La dirección deportiva del conjunto de Orriols veía en el danés un jugador con experiencia al máximo nivel, internacional, versátil y con calidad para tomar las riendas del equipo en los momentos de dificultad. De hecho, se le realizó una importante propuesta con un contrato de dos años de duración para un jugador veterano y mermado por las últimas lesiones. Una muestra de confianza que Krohn-Deli sopesó, pero quería conocer sus opciones de permanecer en Nervión. Un equipo que le brindó apoyo en los momentos más difíciles de su carrera. Y, desde la llegada del técnico argentino, no dudó en prorrogar su contrato con el Sevilla.
El danés sufrió dos lesiones graves de rodilla en su etapa en el Sevilla; la primera especialmente grave sufrida en Ucrania ante el Shaktar en las semifinales de la Europa League y que dejó conmocionado al mundo del fútbol por la dureza de las imágenes. Krohn-Deli se repuso del duro golpe y volvió a los terrenos de juego. Sin embargo, la rodilla, en este caso la contraria, le volvería a mandar al taller para realizar una compleja intervención en su menisco.Pese a ello, en base a trabajo y constancia, consiguió recuperarse para la élite del fútbol disputando los dos últimos encuentros del pasado curso.
Esta temporada ha disputado 452 minutos en Liga, sin ser uno de los fijos en los esquemas del cuadro hispalense, también disputando minutos en Champions League ante el Spartak de Moscú y en Copa del Rey frente al Cartagena. Un jugador que, a estas alturas de campeonato y con las circunstancias vividas en el equipo, se habría erigido como un refuerzo de quilates para un equipo carente de experiencia en la categoría. Un centrocampista de poso y calidad, al que no le quemaría el balón y las ideas en las situaciones más adversas.