El Levante UD dio un paso importante hacia los cuartos de final de la Copa del Rey aunque, dejando de mirar el medio plazo y haciendo hincapié en el corto, es decir, en las preocupaciones que rodean al equipo, el 1-2 frente al Espanyol en el RCDE Stadium fue una gran noticia para los de Muñiz. Y es que los granotas hicieron un encuentro muy completo y, a falta de la llegada en el mercado de invierno de un delantero que la meta, Morales dejó claro que si no es un '9' al menos vale por otros tantos al convertirse en el protagonista de la velada y participando en los dos goles. Lo que va delante va delante: primera alegría del 2018 para el Levante UD.
El conjunto granota saltó al césped de Cornellà con una actitud valiente. Muñiz dispuso una defensa muy adelantada y a la par bien ajustada, haciendo caer una y otra vez en fuera de juego a los delanteros blanquiazules y, a la vez, presionando muy arriba para estar más cerca del área contraria. Como lo de Mahoma y la Montaña pero en versión futbolística: si el gol no va al Levante, el Levante se mete con todo en el área para intentar introducir el balón en la portería rival. Pero, por orden, porque no serían los granotas los primeros en golpear aunque sí los que más lo estaban intentando. El Levante, por cierto, reclamaría un par de manos de Víctor Sánchez en la zona de castigo y, si antes nombrábamos un refrán, se cumpliría un segundo: el de a la tercera va la vencida que fue lo que tardó Fernández Borbalán en señalar una pena máxima a favor de los azulgrana-rosa.
Antes, la escuadra de Orriols estuvo cerca de marcar al recoger Bardhi un mal despeje de la zaga espanyolista hacia la frontal. El macedonia recortó para sortear a un adversario y acomodarse la pelota en la izquierda y así soltar un zurdazo que estuvo a punto de coger portería. A alguno le peinó el flequillo, eso sí, dada la potencial con la que golpeó el joven centrocampista. Decíamos que el Levante acosaba, un clásico, mucha presencia arriba pero poca dinamita y en el primer error cometido pagó caras sus consecuencias. Los de Quique habían intentado filtrar varios balones largos hacia Piatti y Gerard pero o el juez de línea los abordó por fuera de juego o Cabaco anduvo rápido para cortarlos.
No estuvo tan fino Bardhi al dejar sacar en corto una falta cómodamente para Piatti, que centró al segundo palo donde aguardaba Gerard Moreno para cabecear a la red. El delantero se elevó por encima de Lerma, Cabaco y Postigo, muy en plan Michael Jordan, y tampoco es que encontrase mucha oposición para colgarse del aro. Luego, se señaló el escudo por los rumores que apuntan a que fichará por el Villarreal y todos tan contentos. Los blanquiazules, claro. Pero poco les duraría esa dicha al señalar, por fin, el colegiado penalti por mano de Víctor Sánchez. Morales engañó completamente a Diego López para establecer el 1-1. La pena máxima llegó precedida, por cierto, de una gran acción del 'Comandante' y Toño por la izquierda, lo mejor del Levante en el RCDE Stadium.
El gol del madrileño hizo justicia a los méritos contraídos aunque Sergio García estuvo cerca de volver a adelantar a los pericos tras un centro de Marc Navarro que no acertó a despejar Coke. Cuando el esférico le llegó, se lo vio muy encima y no pudo rematar con nitidez. Tampoco lo vio muy claro Emmanuel Boateng en el arranque de la segunda mitad tras otra gran combinación entre Morales y Toño. El lateral izquierdo le hizo llegar por correo certificado el cuero al ghanés que, a un metro del portero, chutó al muñeco. Un error grave, otro, del atacante que llegó el pasado verano a cambio de 2,5 kilos y millones de razones sigue dándole a Muñiz para que no termine de confiar en él.
Pudo arrepentirse el Levante de esta enorme ocasión gozada y no aprovechada pero tampoco lo hicieron en la otra parte del campo Gerard Moreno y Sergio García, aunque sus acciones fueron bastante más brillantes. En el 50', Didac Vilá la puso al corazón del área donde el '9' blanquiazul engatilló con la zurda pero sin coger portería. Un suspiro después, fue Sergio García el que estrelló con un zurdazo el balón en el poste derecho tras un saque de banda de Marc Navarro, mientras que Naldo dispuso de dos ocasiones más bastante claras para hacer el 2-1: primero, al cabecear con poca convicción un saque de falta y tras adelantarse a la zaga; y, luego, cruzó demasiado tras una dejada hacia el área de Óscar Duarte.
Apretaba el Espanyol pero más le habría valido racionar más sus ocasiones porque tuvo cuatro seguidas y luego vino el tránsito por el desierto. Al Levante no le incomodaba entrar en un partido trabado, con tensión por momentos pero sobre todo ordenado para clavar el aguijón a la mínima oportunidad porque la necesidad, por jugar en casa y por ser su competición favorita, estaba en el tejado blanquiazul. Muñiz acertó metiendo intensidad en la medular al entrar Doukouré por Bardhi y, por otro lado, mayor profundidad con Ivi por Samu. De todos modos, se lo iba a guisar solo Morales en la acción del 1-2: el madrileño la robó en la medular y, con una gran carrera y sendos quiebros a Naldo y Víctor Sánchez, se plantó en línea de fondo para darle el pase de la muerte a Ivi. El ex del Sevilla marcó a placer haciendo buena la espectacular jugada del Comandante. El '9' no llega pero el '11' vale por nueve.
El resultado no podía ser mejor para el Levante y la jugada redonda. Muñiz pudo hacer debutar a Coke en un partido de nivel. Unas circunstancias, las sanciones de Campaña, Bardhi y Morales que le permitieron alinear un equipo muy competitivo para sacar un resultado todavía mejor en un campo difícil como el del Espanyol. Y, por supuesto, el desarrollo de este choque para un conjunto granota que vio peligrar su buen renta tras un trallazo de Darder desde la frontal que detuvo el poste derecho. El rechace lo cabeceó alto, ya que su posición era muy forzada, Baptistao. El final todavía guardaría sensaciones fuertes para los de rosa, en un broche de encuentro muy de los del año pasado: con paradón de Raúl Fernández. Didac Vilá la puso con calidad en el corazón del área y remató Gerard aunque se estrelló contra la manopla del portero bilbaíno. Con todo, buenas sensaciones y nunca se puede decir pie y medio en cuartos pero, al menos, la puntita del segundo sí que la metieron los granotas en la siguiente ronda.