El Levante UD y sus aficionados viven horas complicadas, tras 12 partidos sin conocer la victoria dentro de una racha todavía más turbia con un triunfo en medio campeonato, y su entrenador ratificado a regañadientes por el Consejo de Administración. Por ello, la única obsesión ahora es ganar al Betis y ha pasado desapercibida otra situación que, a principio de temporada, habría sido noticia como es el retorno al Ciutat de València de Víctor Camarasa. El de Meliana se reencontrará con la que hasta hace poco fue su casa en la visita de los verdiblancos al Levante UD.
Camarasa debutó en Primera con el Levante de la mano de Joaquín Caparrós, ganó relevancia con Mendilibar y se consolidó totalmente con Lucas Alcaraz. En su última temporada, con Rubi en el banquillo, bajó enteros a la par que el resto de sus compañeros y el final de la 2015-16 daría paso a un tormentoso capítulo y una relación tensa con el club que desembocó en una tregua en forma de cesión al Alavés. En el conjunto vitoriano que alcanzó la final de Copa del Rey fue uno de los futbolistas en el escaparate, lo que le sirvió a la entidad de Orriols para venderlo al Betis por siete millones de euros más una reserva del 20% de un futuro traspaso.
En el Betis fue uno de los jugadores que más ilusión generó a principios de curso. Un desarrollo venido a menos tras el notable paso atrás de su rendimiento, hasta el punto de haber caído casi relegado al ostracismo en este año que recién comienza disputando apenas 75 minutos en las últimas siete citas. Motivos que incluso lo pusieron en la rampa de salida al final del pasado mercado invernal, con oferta incluida del Brighton, y que le hacen ahora volver con sabor agridulce a la que fue su casa.
La reivindicación de Fabián comenzó a lastrar los minutos de un futbolista que se presuponía como indiscutible a su llegada. El estilo de juego del mediocentro no termina de ajustarse en los esquemas de Quique Setién, que anteponen un rendimiento más 'estético' que físico y donde le han ganado la partida hombres como Boudebouz o Guardado. Las constantes salidas y entradas de Camarasa del once han hecho que haya firmado un rendimiento a cuentagotas y es que no es titular con el Real Betis desde la cita ante el Athletic del pasado mes de diciembre. El solitario y decisivo gol ante el Málaga le dotó de una importancia en el equipo que acabó esfumándose, cuando parecía que llegaba la reivindicación definitiva para consolidarse.