El Levante UD ya tiene un motivo más para alargar su sonrisa, si es que se puede tras lograr la permanencia en Primera División y el posterior homenaje que se dieron sus futbolistas con su victoria por 0-3 en Butarque frente al Leganés. En la sesión de este miércoles, Paco López ha recuperado un efectivo, aunque a medias. Se trata de Raúl Fernández que, tras ser operado de la cadera a finales del pasado mes de enero, se ha reincorporado al grupo. Es un regreso especial, ya que el técnico no podrá contar con él al estar de baja federativa pero supone otra gota en el vaso de la alegría de un Levante UD que parece que no quiere colmarse.
Por tanto, un motivo de satisfacción para un Raúl Fernández que no ha vivido una temporada sencilla. Y es que, tras proclamarse la pasada temporada como el Trofeo Zamora de Segunda División, arrancó la presente como titular hasta que perdió esta condición en el partido contra la UD Las Palmas en el Estadio de Gran Canaria, justo cuando el Levante volvió a ganar con Muñiz en el banquillo... por última vez. Al regreso de las vacaciones de enero sus problemas en la cadera, que vienen de lejos, se agudizaron hasta el momento en que decidió pasar por el quirófano... un día después de la venta de Mitch Langerak al Nagoya Grampus. Esto obligó a la dirección deportiva a hacer un movimiento rápido para lograr la cesión de un Iván Villar que, finalmente, ni siquiera ha entrado en las convocatorias, además de recuperar a Koke de la cesión en un Alcoyano en el que estaba contando con continuidad.
Raúl Fernández encara el final de temporada sin competición y con la siguiente en el punto de mira, en la que tendrá la difícil papeleta de competir por la titularidad con un Oier Olazabal cuyo rendimiento ha convencido a casi todos en el levantinista, además de la presencia de Koke Vegas. El bilbaíno tiene contrato con el Levante hasta el 30 de junio de 2019, con opción a una temporada más.