Si hay algo que la afición levantinista espera con ganas cada temporada es el derbi contra el Valencia, tanto si se disputa en el Ciutat como en Mestalla. Si a eso se le suma la marcha de Jason al equipo vecino la próxima temporada y, además, de forma gratuita, el espectáculo está asegurado. El atacante ya había manifestado en numerosas ocasiones que no quería seguir en el club porque se merecía una buena renovación tras sus actuaciones en las últimas temporadas, siendo pieza clave en los esquemas de Muñiz y Paco López.
No es ningún secreto que la salida de Jason cayó como un jarro de agua fría sobre los granotas. Posiblemente lo que más indigne a la afición no sea la pérdida de un buen jugador que en un futuro beneficiará a uno de los rivales menos queridos, que también, sino que esta salida no signifique ningún beneficio económico para el club decano valenciano.
La temporada del gallego no está siendo cómo él esperaba desde que se conociese su salida al Valencia, pues los minutos disputados en cada partido han ido disminuyendo conforme avanzaban los encuentros hasta el punto de no jugar. Durante el último encuentro ante la SD Huesca, el extremo recibió numerosos silbidos y recriminaciones por parte de la afición, aunque el complicado momento deportivo que atraviesa el Levante hizo que la mayoría optase por animarle. Posiblemente la opinión de los granotas sea más unánime en el derbi del domingo en Mestalla, estadio que Jason visitará por última vez vestido de azulgrana.
Es probable que la afición che sea más benévola con el jugador, al fin y al cabo siempre ha mostrado un buen rendimiento sobre el terreno de juego, solo quedará esperar para comprobar qué papel ocupará en los planes de Marcelino la próxima temporada.