Aunque las circunstancias se complican, el Levante UD sigue dando pequeños pasos hacia adelante con uno de los grandes proyectos que tiene entre manos, la Ciudad Deportiva de Nazaret. La construcción de la casa a la que se trasladará el Levante y que le acercará a sus orígenes portuarios se ha visto retrasada en varias ocasiones y por varios motivos, sin embargo, el alcalde de la ciudad de Valencia, Joan Ribó, se atreve a ofrecer una fecha estimada para el inicio de las obras.
Este miércoles con motivo del derbi del próximo viernes entre el Valencia y el Levante, el alcalde Joan Ribó ha tratado varios asuntos relacionados con ambos clubes en los micrófonos de Radio Marca Valencia. El edil se ha referido a dos grandes proyectos de instalaciones deportivas que serán construidas en un futuro próximo en la ciudad. Por una parte la Ciudad Deportiva de Nazaret y por otra, el Arena del Valencia Basket. A pesar de todo, los trámites siguen su curso y las obras darán comienzo muy pronto. "Las obras del Arena y Nazaret no han comenzado, pero están a punto de caramelo. Pueden empezar no muy tarde. No sé si como para empezar en 2020, pero seguro que están en marcha para 2021", señala el alcalde.
De forma más concreta, Joan Ribó arroja luz sobre las gestiones que se están llevando a cabo entre el Ayuntamiento y el Puerto de Valencia para que pueda cristalizar el proyecto. "Hace unos días, nos reunimos con el puerto y ese era el primer punto del día. El tema está avanzando y estamos contentos. Me parece muy importante tanto para el Levante como para dinamizar el barrio", explica el dirigente municipal.
La burocracia sigue su curso según lo previsto para que la Ciudad Deportiva de Nazaret pueda ser una realidad.
Para que quede aprobado el Plan Especial de la Zona Sur 1 del Puerto de Valencia–Nazaret Este, en el que se incluye el proyecto de la Ciudad Deportiva de Nazaret, antes las alegaciones de movilidad que existen desde hace casi un año en relación con el Plan deberán ser resueltas por la Generalitat. Los vecinos están preocupados por los problemas de tráfico que se pueden producir para entrar al barrio ya que sólo existen dos entradas al mismo y no están bien acondicionadas. Además, otro de los quebraderos vecinal es la saturación de las zonas de aparcamiento cuando las obras vayan adelante.