El Levante UD recibirá este viernes en el Ciutat de València a la SD Huesca para disputar el partido correspondiente a la jornada 29 de LaLiga Santander. Los oscenses llegan al encuentro con la imperiosa necesidad de sumar unos tres puntos que podrían permitirle respirar un poco más en la zona baja de la tabla, mientras que los de Paco López tratarán de sellar la permanencia lo más pronto posible. Con esto, ambos conjuntos protagonizarán un duelo disputado, tal como sucedió hace unas temporadas, cuando los visitantes arrebataron a los granotas un récord histórico.
Corría la temporada 2016-2017 cuando el Levante UD se posicionó como claro favorito para conseguir el título de Segunda División y ascender de nuevo a la máxima categoría. A falta de poco más de un mes, los granotas ya habían conseguido su objetivo de regresar a la máxima categoría del fútbol español, pero los de Muñiz todavía querían más. Los resultados en casa eran inmejorables, tanto que tan solo Getafe, Cádiz y Reus habían conseguido rascar un empate un Orriols. Con esto, los levantinistas no podían buscar otra cosa que la imbatibilidad como locales, aunque la SD Huesca se interpondría en su camino.
En la última jornada de la temporada, los oscenses llegaron al Ciutat en busca de tres puntos que les aseguraran la participación en los playoffs de ascenso. El encuentro estuvo igualado hasta que, en el segundo tiempo, Róber Pier fue expulsado al ver la doble amarilla. Aun así, los de Muñiz pudieron adelantarse con un jugador menos al minuto siguiente gracias a un gol de Morales, aunque la alegría no duraría mucho. Apenas diez minutos después, Aguilera pondría el empate en el marcador, y Samu Saiz sentenciaría pasados otros diez minutos. Con esto, el duelo terminaría con victoria visitante y un récord que se esfumaba, aunque eso no repercutió en el buen ambiente que ambas aficiones protagonizaron a la hora de celebrar el título granota.
Así pues, el Levante no pudo igualar un récord para el que habría que remontarse hasta la temporada 1988-1989. Por aquel entonces, el equipo de Roberto Álvarez cerró una campaña inmaculada en su feudo en el ámbito del Grupo IV de Segunda División B, sumando diecisiete victorias y dos empates.