Llega el ecuador de julio y con ello el momento de volver a pisar el césped. Los jugadores regresan de las vacaciones, el balón vuelve a rodar, el calendario de la próxima temporada ya ha visto la luz y la afición del Levante UD se encuentra calentando, que le toca salir. No negaré que el verano tiene cierta magia, ese momento en que renuevas el abono de tu equipo, y más después de un año tan diferente y complicado, no tiene precio (bueno sí, pero ya me entendéis). De la nueva criptomoneda ya hablaremos en otro momento.
El Levante ha regresado esta semana a los entrenamientos en Buñol y lo ha hecho con caras nuevas, una noticia que siempre hace brillar un poco los ojitos. Franquesa, Brugué y Soldado parecen ilusionar a la afición, algunos más que otros, aunque igual ya va siendo el momento de centrarse en lo deportivo y dejar lo personal a un lado, bien apartado. No solo hay caras nuevas, sino que han vuelto algunas viejas conocidas que se encontraban repartidas por el mundo, ya veremos cómo gestiona Paco López con el overbooking de la plantilla.
Y si hablamos de exceso de jugadores en algunas posiciones, igual también hay que comentar las carencias en otras. Con el mercado de fichajes todavía abierto, igual no habría que descartar todavía la llegada de algún central, que los números finales de la pasada temporada no dan demasiadas esperanzas en el juego defensivo. Y precisamente por el juego defensivo pasará el próximo objetivo del Levante, que seamos sinceros, de momento toca hablar de permanencia como todos los años, de Europa ya hablarán en un futuro los más soñadores. Que, por otra parte, ojalá los números nieguen esta afirmación en unos meses.
Pero bueno, al margen de objetivos futuros, lo que tocará ahora es continuar preparando el próximo curso. Seguid calentando, granotas, que Orriols os espera más pronto que tarde.