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Carta abierta a Manolo Preciado: 12 años y su huella sigue presente

Manolo Preciado celebra el ascenso del Levante UD que acaban de cumplirse 20 años.
Ismael Algarra

Hola Manolo. Hoy, mañana y siempre nos acordamos de ti. Quizás esta vez un poquito más porque se han cumplido 20 años del ascenso que lleva tu nombre con letras de oro. El alegrón más grande de todos los tiempos que vivimos en Chapín. En mi caso, en las pantallas gigantes que se pusieron en la Playa de la Malvarrosa. Aunque antes, en Cádiz, no podías esconder una realidad: que el Levante iba a ser de Primera, más pronto que tarde, 39 años después. «¿Estáis en Primera?», te preguntaban. «Sinceramente sí. Ahora mismo estoy en el cielo», respondiste. 

La llegada del equipo al aeropuerto de Manises después de aquel 0-3 en el Ramón de Carranza fue una locura. Un recibimiento de Primera. Y la inyección de adrenalina necesaria para otra realidad: que de la siguiente jornada en Jerez no pasaba. Y tú, ese brutote entrañable ibas a quedar para la historia. Y es que seguiremos quitándole hojas al calendario y jamás encontraremos las palabras exactas para describir todo lo que nos regalaste.

Manolo Preciado, el 'brutote' entrañable que sigue en el corazón de todos los granotas. (Foto: LUD)

Sencillez y naturalidad en su máxima expresión

Son 12 años sin ti. Sin tu enorme corazón, sin tu alma pura, sin tu honestidad. Porque hacías de la normalidad una virtud. Porque en este fútbol tecnológico actual, repleto de inventores y revolucionarios, allá donde estabas hacías de la sencillez y la naturalidad tus señas de identidad. Algo tan fácil y complicado a la vez. Porque en tu ideario no entraban los egos ni los personalismos. Porque eras generosidad absoluta sin entender roles, sin mirar el DNI, tratando de igual a igual y por eso eras diferente y cautivabas a todos.

¿Sabes lo mejor? Que es imposible que alguien tenga una mala palabra sobre ti. Yo no lo he encontrado. Y que pueden pasar los años y siempre serás recordado con una sonrisa. Aquel Levante que dirigías fue irrepetible, imposible de clonar. Y tu luz marcó el camino. Porque supiste gestionar a la perfección al vestuario hacia el éxito. Todos sumaban. Todos sabían su función. Todos fueron partícipes del ascenso. Pero tanto en Liga como en una Copa de Rey con esos míticos, que así llamabas a los menos habituales, que nos brindaron el regalazo de poner en apuros al Barcelona de Ronaldinho. Menudo atraco nos pegaron en el Camp Nou. 

El líder de un Levante irrepetible

Manolo, sé que lo sabes, pero te recuerdo, por si se te hubiera olvidado, que para ellos eras como su padre. La piedra angular de una familia indestructible, que incluso se hizo más fuerte si cabe cuando a alguien se le ocurrió cuestionarte y creer que no serías capaz de conseguir lo que empezó a gestarse en una pretemporada en la que todo salía al revés hasta que empezó la Liga con un 0-2 en casa del Rayo Vallecano

Aquel verano de 2003, en Biescas, surgió el espíritu de ese equipo solidario que cautivaría durante toda la temporada. Por el valor del grupo. Por el sentido colectivo al margen de las individualidades focalizadas, sobre todo, en Alberto Rivera. Siempre estabas pendiente si pasaba cualquier cosa que pudiera torcer el camino trazado. Y si tocaba dar un estirón de orejas era con el único propósito de no hacer distinciones. Por eso, jugaran más o menos, te tenían un respeto máximo e iban contigo a fuego. Es lo que tiene ir de frente, sin atajos.

Eterno Manolo Preciado

Por todo esto y mucho más te querían tanto en el planeta fútbol y seguimos recordándote porque eres eterno. Es injusto que ese carácter afable, muy cercano al día a día que te rodeaba, ya sea con jugadores, trabajadores o periodistas, además de aclamado e idolatrado por la afición, no tuviera continuidad en Orriols y se quedara en el Preciado Ascenso. Porque merecías seguir escribiendo tu historia con el Levante en Primera División.

El homenaje que le hizo el Levante UD a Manolo Preciado en 2015 en su visita al Real Sporting. 

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