“Cualquier cosa puede pasar, lo mismo viene el Bayern de Múnich y me marcho yo", bromeaba Julián Calero en rueda de prensa tras el empate contra el Cádiz. Esta respuesta fue después de ser cuestionado por el impacto que ha generado Carlos Álvarez en este arranque de LaLiga Hypermotion 2024/2025, con el mercado en su recta final y con la necesidad en el Levante de hacer caja para inscribir a los jugadores pendientes y, si fuera posible, pulir un poquito más el equipo con algún refuerzo en la zona de la retaguardia.
Por segundo partido seguido, el técnico de Parla no pudo disponer de Alfonso Pastor, Diego Pampín, Rober Ibáñez, Vicente Iborra y Pablo Martínez, este último en la rampa de salida como la opción de venta en la que se sigue trabajando, pero aún sin cristalizar. El mercado concluye en España este viernes 30 de agosto y, parafraseando a Calero, "cualquier cosa puede pasar" hasta el último minuto (las 23:59 horas) De ahí que la figura de Carlitos, después de otro truco de magia a lo Harry Potter, acapare todavía más focos de los que ya le apuntaban con fuerza.
Carlos Álvarez, que ha pasado del '37' a la espalda al '24' (que llevaba otro 'jugón' como Campaña) tras ser jugador de la primera plantilla a todos los efectos, es el activo que más luce. Ya lo fue en la recta final de la temporada pasada y ahora, en dos partidos, empieza a demostrar que va a ser su año. Y se lo ha propuesto, sobre todo quiere mejorar las cifras realizadoras del curso pasado (hizo tres tantos en Liga ante Huesca, Mirandés y Oviedo, además de uno en Copa en la primera eliminatoria ante el CD Varea). De momento, en los tres goles de este curso ha tenido participación: marcó el primero en Gijón, forzó la falta del gol de Kochorashvili en El Molinón y le regaló la diana de este sábado a Brugué ante el Cádiz con un pase de auténtico genio.
En Sevilla todavía alucinan con las facilidades que dio la entidad andaluza para dejar salir a este talentazo de 21 años nacido en Sanlúcar la Mayor. Carlos no acababa de tener la oportunidad de consolidarse en el primer equipo andaluz, de ahí que decidió cambiar de aires y apostar por el Levante, donde es feliz, ya que ha encontrado la confianza que no tenía en la entidad del Pizjuán. Con el club granota tiene contrato hasta 2027 y el Sevilla, en una operación que no incluyó una cifra de traspaso y solamente una serie de ingresos en función de objetivos tanto individuales como colectivos, se reservó un porcentaje de una futura venta de un 40%.
Todas las partes son conscientes de que si mantiene este ritmo, esta segunda temporada, después de su presentación en el fútbol profesional en la 2023/2024 y si el mercado no pega un vuelco de 180 grados, podría impulsarle más todavía y que su nombre aparezca en más agendas de otros clubes de primer nivel... como ya sucedió el curso pasado. “Estoy súper feliz en el Levante. Me han dado la vida, me han dado la oportunidad de jugar en el fútbol profesional que antes no la había tenido", insistía sobre su presente en Orriols, el pasado 10 de julio durante la presentación del acuerdo de patrocinio entre Silbö Telecom y el Levante UD, descartando que pudiera estar en la rampa de salida. "Aquí estoy", bromeaba.
Julián Calero asume con naturalidad una situación que está trastocando en exceso (a prácticamente todos los equipos) y lucha por evitar que sus pensamientos no se desvíen de lo importante, que es preparar cada partido en las mejores condiciones y encontrar recompensa como así ha sucedido con estos cuatro puntos de los seis primeros ante Sporting y Cádiz.
Tras el 1-1 de este sábado, el técnico capeó sin esconderse a esta "locura" que es el mercado de fichajes y con esa dosis de humor que le caracteriza. “Cualquier cosa puede pasar, lo mismo viene el Bayern de Múnich, paga la cláusula y me marcho yo (sonríe). Es una broma, estoy aquí muy contento y muy feliz. Ahora mismo no voy a poner la mano en el fuego por nada ni por nadie, porque es una locura. Como estamos en esta locura y ya hemos dicho todos que la aceptamos, pues nos tenemos que aguantar. Por tanto, los buenos jugadores, pues están cotizados y puede haber movimientos", manifestaba el técnico.
Como en cada comparecencia pública, Julián Calero repitió que quiere que se queden "todos", pero entiende el escenario que rodea a la institución, con cinco jugadores que siguen sin ser dados de alta y que siguieron el partido ante el Cádiz desde el palco. "Yo ya lo he dicho, quiero que se queden todos. Que se queden y que podamos contar con ellos, porque con que se queden solamente no vale, hay que darles de alta. Y luego, pues si tiene que haber alguna salida, pues ya no es una cuestión mía”, añadió el técnico sobre la película que acabará este viernes 30 de agosto y ya contará con la plantilla cerrada para el próximo partido ante el Eibar (lunes 2 de septiembre, a las 19 horas) en el coliseo armero.
Ante el Cádiz, con la única variación de inicio de la entrada de Sergio Lozano por Bouldini, Carlos Álvarez reubicó su posición y arrancó desde la derecha de la línea de tres de ataque y demostró, como explicó Calero en rueda de prensa, que puede "hacer las cosas bien" como en Gijón "al partir desde dentro". “Ha hecho un partido muy bueno. A Carlos le hacemos partir de derecha, el otro día le hicimos partir desde dentro y le podemos hacer partir desde mi casa porque al tener calidad, quiere, tiene hambre y tiene condiciones, pues va a hacer las cosas bien".
Además, el técnico explicó que con Carlos Álvarez, que en pretemporada estuvo entre algodones, se está trabajando para lograr una versión mejorado y todavía más determinante. "Estamos intentando ordenarle cosas para que sea mejor futbolista, pero está haciendo muchas cosas y muchas bien. Es un chico, además que es encantador, que tiene una importancia en los desequilibrios muy, muy grande. El equipo ha estado también muy bien, lo que pasa que su parte es la más vistosa, y la hace muy bien. Estoy contento con él y espero que siga aquí mucho tiempo”, esgrimió Calero.
Los elogios hacia Carlos Álvarez se extendieron también al banquillo rival, al técnico que lo sufrió en primera persona, al exgranota Paco López, que pidió al levantinismo que lo cuiden porque “es muy buen jugador, la verdad que sí". "Ya lo demostró la temporada pasada, encima tiene un descaro impropio para la juventud que tiene. Cuidarlo porque es buen jugador, sí", reconocía Paco antes de la comparecencia de su homólogo en el que fue su banquillo tanto tiempo.