El Levante está haciendo lo posible y lo imposible para ajustar una realidad financiera que asfixia y que ha obligado a hacer traspasos desesperados como el de Mohamed Bouldini al Deportivo después de haber rechazado en ventanas anteriores ofertas económicamente más potentes. Una operación que se ha cerrado en 300.000 euros, más un pellizco económico que ampliaría esta cantidad fija en medio millón, más un 25% de una futura venta.
Todavía quedan inscripciones pendientes, además de un pequeño resquicio de esperanza para pulir la plantilla atrás como ha insistido Julián Calero más de una vez, pero el objetivo ahora es encontrar la fórmula para contar con los cinco jugadores aún por registrar (Vicente Iborra, Diego Pampín, Rober Ibáñez, Alfonso Pastor e incluso Pablo Martínez). Y el técnico de Parla empieza a asumir que tendrá que buscar fórmulas cuando surjan contratiempos (sanciones y/o lesiones) porque la temporada es interminable.
El Levante está buscando todas las fórmulas posibles y ha encontrado un salvavidas tras una consulta a LaLiga con respecto al valor que se le asigna a Vicente Iborra, como así ha avanzado Sin Ataduras. El club ha argumentado, con el reglamento en mano, que existe una diferencia abismal entre el valor del contrato del jugador y la valoración de mercado imputada en el Fair Play financiero. Le han dado la razón del Levante, consiguiendo una rebaja de un 50% con respecto a los 570.000 euros fijados inicialmente. Sin embargo, todavía no es suficiente para que todas las piezas encajen. De puertas para dentro se está haciendo un trabajo intenso y sin respiro para cuadrar los números, aplicando la normativa del FPF; en busca de márgenes donde no los había, encontrado puertas para tener la plantilla más competitiva posible y sin tener que prescindir de sus jugadores franquicias.
Todavía los nombres de Pablo Martínez y Giorgi Kochorashvili siguen como expectativas de venta. El nombre del centrocampista madrileño ha acaparado todos los focos desde que se decidió que no viajara en la primera jornada a Gijón para evitar correr riesgos en una negociación que todavía no ha cristalizado en un traspaso. Ese club era el Valladolid.
Esta mañana, Domingo Catoira, su director deportivo, compareció tras la presentación de Mario Martín para prácticamente descartar la llegada de Pablo Martínez en estas últimas horas del mercado de fichajes: "Es un jugador que estuvo en nuestra órbita, fundamentalmente la semana de la transferencia de Monchu. Pero las circunstancias del fair play fueron modificándose y nosotros tenemos que ir adaptándonos a esa situación". El Real Valladolid, también muy agobiado por el Fair-Play financiero, enfoca su recta final de mercado en otras posiciones. “La llegada de un central y un lateral izquierdo sería el mejor de los escenarios, no creo que las cosas varíen tanto para que se produzcan otros escenarios”, añadió.
Por mucho que el Real Valladolid parece que haya cerrado la puerta de Pablo Martínez, todo puede pasar en estas últimas horas frenéticas con el centrocampista madrileño y también con el georgiano Giorgi Kochorashvili. Por ambos, el Valencia les ha trasladado que esperen ante una posible salida de André Almeida o Javi Guerra. Y el otro nombre propio es el de Oriol Rey, que el Elche hizo un movimiento insuficiente para las arcas del Levante y que en estas últimas horas del mercado necesita reforzarse porque les queda muchas necesidades por cubrir, agravadas por este inicio decepcionante con dos derrotas en los dos primeros partidos.