El Villarreal cerró el mercado de esta temporada con siete fichajes y once salidas, doblando casi el gasto en incorporaciones de la campaña anterior, por lo que el club sigue con su política de inversión, gastando en jugadores casi todo lo ganado con las ventas y traspasos realizados.
Así, el equipo que preside Fernando Roig ha invertido un total de 75 millones, que se reparten en los 20 millones por el fichaje de Gerard Moreno, los 18 por la compra de Karl Toko Ekambi, los diez por Santi Cáseres, los nueve por Funes Mori y los cuatro millones por Miguel Layún, a los que se suman los 14,5 que se pagaron por Roger Martínez.
En la campaña pasada el Villarreal gastó en este mismo mercado un total de 42 millones, que se reparten en los catorce millones por Enes Ünal, los catorce millones por Ruben Semedo, los doce millones por Pablo Fornals y los dos millones por la cesión de Carlos Bacca.
La inversión de esta temporada se ve compensada con los traspasos de Samu Castillejo al Milan por dieciocho millones, el de Rodrigo Hernández al Atlético de Madrid por veinte millones y el de Roger Martínez al América de México por 8,5 millones, lo que supone un total de 46 millones de ingresos.
A esta cantidad se le suma la de la salida de Bakambu en el mercado invernal, que salió al fútbol chino por 38 millones de euros, de los que se gastaron 1,5 millones por el fichaje de Javi Fuego, por lo que el club mantenía más de treinta millones de beneficio en esta operación.
Además, en los últimos minutos del mercado de fichajes se produjo la salida del argentino Nahuel Leiva al Olympiakos griego por una cantidad que no se ha hecho pública.
De esta forma, la suma de lo ganado con los traspasos de este verano y el de Bakambu, el Villarreal ha gastado 75 de esos 86 millones que tenía acumulados como ganancia.