El 'Chimy' Ávila está demostrando sus grandes dotes futbolísticas por segundo año consecutivo en LaLiga Santander. Si el año pasado se salió con el Huesca pese a no poder evitar el descenso aragonés, este año está colocando al CA Osasuna en la parte noble de la clasificación. El argentino sigue avanzando en una carrera que tuvo un parón hace unos años, cuando tuvo que aparcar el deporte para cuidar de su hija enferma.
"Estuve desde los 18 hasta los 20 años sin jugar al fútbol. Fui padre y mi hija enfermó sin tener yo dinero. Llegó un momento en el que no podíamos mantenerla y estuvo internada en una clínica sin seguro social y había que pagar. Estuvo al borde de morir", recuerda el delantero 'rojillo' en una entrevista para Omnisport.
La enfermedad de su hija Eleuney Ávila, obligó al Chimy a dedicarse en cuerpo y alma a ella en los pocos ratos libres que le dejaba su trabajo: "Hacía 30 kilómetros en bici para dejarle el ticket del autobús a mi mujer. Incluso con lluvia iba a trabajar, después a ver a mi hija y volvía a trabajar, siempre en bicicleta".
Todo mientras peleaba por volver a jugar al fútbol. Chimy Ávila cuenta lo duro que fue aparcar la práctica del deporte: "Estaba en mi casa sentado y se me caían las lágrimas al ver a mis compañeros jugar profesionalmente mientras yo llevaba año y medio sin hacerlo. Mi mujer me preguntaba que por qué lloraba y yo le respondía que porque se me escapó el fútbol. A veces a uno se le escapan las cosas por elegir mal".
Finalmente su carrera dio un giro de 180º con la apuesta por él de San Lorenzo. Con el 'Ciclón' llamó la atención de los clubes europeos y fue el Huesca quien apostó por él. Consiguió el ascenso con el equipo azulgrana y este pasado verano recaló en Osasuna, donde sigue agradeciendo con goles esa oportunidad que el fútbol le dio cuando todo parecía perdido.