El Girona FC afronta la temporada de su regreso a Primera División con la ilusión de consolidarse en la élite del fútbol español, una vez enterrado el trauma que acosaba en las promociones de ascenso a LaLiga Santander con un especialista en el banquillo como Míchel Sánchez.
El conjunto catalán había perdido sus cuatro finales de playoff anteriores, pero se redimió al eliminar al Tenerife con un 0-0 en Montilivi y un 1-3 en el Heliodoro Rodríguez López, el pasado e histórico 19 de junio.
Ahora, el Girona afronta su tercera campaña en la máxima categoría tras las vividas con Pablo Machín (2017-18) y con Eusebio Sacristán (2018-19). En la primera, el Girona, una de las sorpresas del curso, rozó las posiciones europeas y acabó décimo. Y en la segunda descendió tras un nefasto tramo final, con nueve derrotas en las últimas diez jornadas.
Justo después llegaron los dos reveses en las finales de la promoción contra el Elche CF (2019-20) y el Rayo Vallecano (2020-21), ambas con Francisco Rodríguez. Finalmente, se reconquistó la gloria en Tenerife, ya de la mano de Míchel Sánchez.
El técnico madrileño se ha convertido en el gran referente del proyecto gerundense, incluso por encima de los jugadores, y ha enamorado Montilivi con su juego asociativo y netamente ofensivo. Esta temporada en la máxima categoría también será un reto para él: sus tres últimos cursos en LaLiga SmartBank han finalizado con ascenso, pero en sus dos únicas campañas en Primera fue destituido antes de la primavera.
En todo caso, el amor que Girona siente por Míchel es mutuo y totalmente correspondido, ya que él también fantasea con una extensa trayectoria en Montilivi: antes de la promoción renovó hasta 2024 y este mismo verano uno de sus hijos ha fichado por el filial del club.
En este sentido, la secretaría técnica de Quique Cárcel aún tiene mucho trabajo en lo que se refiere a fichajes para el primer equipo. Hasta el momento solo se han concretado seis incorporaciones de las diez o doce esperadas.
Han llegado el carrilero derecho Yan Couto, cedido por el Manchester City, el polivalente David López, libre, el lateral izquierdo Miguel Gutiérrez, fichado del Real Madrid, el mediocentro Yangel Herrera, cedido por el City, y los delanteros Rodrigo Riquelme y Taty Castellanos, a préstamo desde el Atlético de Madrid y el New York City. Aún faltan piezas como un portero, un central, un centrocampista o un delantero.
Las dificultades en la confección de la plantilla han propiciado que Míchel tuviera que afrontar la pretemporada con muchos jugadores del filial, pero los jóvenes han respondido y han ofrecido una imagen muy ilusionante, sobre todo en el caso de Óscar Ureña y Joel Roca. El equipo ha sumado un triunfo, 2-0 con el Andorra, un empate (Peralada) y dos derrotas, 4-2 con el Benfica y 3-1 con el Nápoles, dejando buenas sensaciones.
Uno de los grandes protagonistas ha sido el delantero Taty Castellanos: aterrizó en Montilivi como máximo goleador de la MLS actual y de la pasada. Ha abierto su etapa en Girona con dos goles en sus dos primeros duelos. Está llamado a competir por la titularidad en la punta de ataque con Cristhian Stuani, capitán, leyenda del club y máximo goleador de su historia.
Sea con Castellanos o con Stuani como referencia ofensiva, el domingo 14 el Girona visitará el Valencia en su redebut en la categoría de oro del fútbol español. La hinchada rojiblanca recuerda que ya ganó en su última visita a Mestalla, 0-1 con tanto de Pere Pons en la 2018-19. Y afronta la campaña con optimismo e ilusión.