Mestalla puede contra la fiebre amarilla, los lunes y el parón
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Un gol que seguro que Gayà guarda en su videoteca: vaselina para sentar a Ledesma
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La asistencia de rabona de Thierry para el gol de Hugo Duro de la que todo el mundo habla
El Valencia CF por fin ganó en lunes. No lo hizo en toda la campaña pasada ni lo había hecho en la presente. El Valencia CF por fin ganó al Cádiz y se quitó la fiebre amarilla. No lo había hecho desde que los andaluces regresaron a Primera. Y el Valencia CF, por fin, aprovechó un parón de selecciones y puso fin a la racha de cuatro partidos sin ganar. Ahí es nada. Tal y como te contamos en directo, Baraja apostó por un once titular muy reconocible para el partido que cerraba la jornada 10 de LALIGA EA Sports. Fue un duelo que la intensa lluvia que azotó el estadio desde poco antes del comienzo no ahogó el brío de un Valencia dispuesto a quitarse de un plumazo dos enfermedades: aquella que dicta que tras los parones se le atragantan los partidos y una más grave, la fiebre amarilla. Y es que, aunque los de Mestalla han ganado 9 de los 15 partidos que han jugado contra el Cádiz en casa, la última victoria databa de 2006. Fue un 5-3 en el marcador. En aquella lluvia de goles anotaron un doblete Angulo, otro David Villa y David Navarro el quinto.
El Valencia CF no quiso o no supo hacer sangre
Esta vez la cosa no fue tanta, pero la renta sí que fue similar. Y la cosa no fue a más a pesar de que el Valencia se puso por delante en el minuto 3 gracias a un golazo de Gayà de vaselina y se distanció merced a un segundo tanto de Hugo Duro en el 25 tras una asistencia de rabona de Thierry de las que hacen época. Minutos antes Robert Navarro había pisado a Pepelu dejando al Cádiz con diez durante más de una hora.
Es quizá el único "pero" en una noche en la que Mestalla, con más de 41.000 almas, demostró que no va a dejar nunca sóla a la Quinta del Pipo y que, con "refuerzos" como Gayà y el apoyo de la afición, ansía no sufrir como la temporada pasada. El Valencia perdonó infinidad de ocasiones y, al final, con uno menos, el Cádiz tuvo dos claras oportunidades para recortar distancias. Por desgracia para ellos y para completar una gran noche en clave valencianista, se encontró con un muro llamado Mamardashvili.