El Atlético de Madrid y el Real Madrid empataron a uno en un encuentro en el que hubo de todo. Desde ocasiones, goles hasta el lanzamiento de objetos que llevó a la suspensión de partido. En los minutos finales, volvió a pararse momentáneamente por un golpe de cabezas entre Aurélien Tchouaméni y Robin Le Normand. Previamente, Marcos Llorente recibió una cartulina roja tras revisar el árbitro la acción con el VAR tras una entrada sobre Fran García.
Unas acciones fortuitas que tuvieron lugar en los últimos minutos de partido. Primero, la entrada de Marcos Llorente sobre Fran García de la que se dolió el jugador madridista y por la que el colchonero recibió inicialmente la cartulina amarilla. Sin embargo, el colegiado fue llamado por el VAR y recibió la cartulina roja. Lo que dejaba en el descuento con diez a los de Simeone.
En el 98, cuando se iba a acabar el partido, un centro llovido de Lucas Vázquez intentaron cabecearlo Aurélien Tchouaméni y Robin Le Normand. Pero, desgraciadamente, terminaron golpeándose el uno al otro en la cabeza. Lo que llevó a que el partido volviera a pararse para que los servicios médicos entraran a asistir a los futbolistas. Un final accidentado que acompañó una segunda parte que tuvo que suspenderse por una lluvia de objetos en el área del Real Madrid.
Un lanzamiento de objetos sobre Thibaut Courtois, exguardameta del Atlético y hoy en el Real Madrid. Una acción que por ser algo reincidente tuvo que suspenderse durante diez minutos. Algo que llevó a varios jugadores del Atlético de Madrid y al técnico colchonero, Diego Pablo Simeone, se marchara a hablar con los aficionados que se encontraban en aquel lugar.
"Tranquilos", fue una de las palabras que le dirigió el preparador a la zona de la grada que realizó los lanzamientos. Afortunadamente, tras el reinicio no tuvo lugar más lanzamientos de objetos y pudo reiniciarse sin mayores incidentes. Solo estas acciones fortuitas llevaron a que el partido tuviera que pararse por el propio juego.
Un punto que se quedó cada equipo y que permitió cerrar un partido que hasta ese momento había sido muy intenso y de un bonito espectáculo para ambas aficiones.