Con prácticamente un remate peligroso entre los tres palos, el que hizo de cabeza a la red el centrocampista venezolano Yangel Herrera, el Girona sacó petroleo del Coliseum con una victoria pírrica (0-1) ante un rival, el Getafe, que navega por el torneo castigado por su alarmante inoperancia en ataque y cerca del abismo de los puestos de descenso.
Técnicamente, el gol de Yangel Herrera al filo del descanso fue el único lanzamiento a portería que aportaron los dos equipos durante los noventa minutos. Sumó otro Selvi al final, un intento inocente desde fuera del área, y Paulo Gazzaniga intervino con una parada monumental a disparo a bocajarro de Bertug Yildirim que no contó para los datos porque el turco remató en fuera de juego. Y no hubo nada más. El Girona, bien ordenado atrás y sin generar nada, resistió ante la impotencia y el atasco del Getafe.
La irregular temporada del Girona, una montaña rusa de resultados influenciados por las múltiples bajas, tuvo un capítulo más en el Coliseum, un estadio complicado por la intensidad del Getafe, un equipo rocoso y encima necesitado de puntos. En esta ocasión, Míchel Sánchez tuvo que afrontar el choque con un total de doce bajas y con el peso de su último mal resultado, un 4-0 frente al PSV Eindhoven en la Liga de Campeones.
Con tanta ausencia, Míchel tampoco pudo hacer una revolución para dar continuidad a la victoria frente al Leganés la pasada jornada (4-3). En todo caso, sí que pudo dar una oportunidad a Oriol Romeu, que volvió a un once tras superar una lesión muscular; también apareció Juanpe Ramírez (el mejor de su equipo con una actuación sobresaliente) en el centro de la defensa y los 'sacrificados' fueron Selvi y Ladislav Krejcí.
El Getafe volvió a una vieja apuesta, la de doblar laterales que en el pasado, en anteriores etapas de Bordalás, obtuvo buenos réditos. El costado derecho, con Juan Iglesias atrás y Allan Nyom delante, se convirtió en una zona del campo solo apta para valientes. Además, Bordalás colocó a Yellu Santiago en el centro del campo y volvió a usar a Christantus Uche en la delantera con Bertug Yildirim en el banquillo recién recuperado de una lesión.
Ambos equipos, con estilos absolutamente antagónicos, se colocaron sobre el césped con sus ideas para mostrar un tablero de ajedrez complejo. Por un lado, el Getafe con su juego directo, su presión en bloque alto y con la idea de robar y atacar; y por el otro, el Girona, buscando crecer desde atrás, amasando sus ocasiones con paciencia a la espera de dar un zarpazo doloroso.
¿Y qué ocurrió en la primera parte? Absolutamente nada hasta el minuto 42, cuando Yangel Herrera, en la única ocasión del acto inicial, cabeceó un centro de Bryan Gil para marcar un gol muy valioso para el Girona, que hasta ese instante, aunque no sufrió ocasiones, sí que había cedido a la táctica de Bordalás. El Getafe, con problemas para concluir sus jugadas, había conseguido llevar el partido a su terreno.
El tanto de Yangel Herrera en el único disparo entre los tres palos de la primera parte, fue un mazazo para el Getafe, que tuvo que resetearse por completo para afrontar un segundo periodo complicado que inició con un cambio: Bertug por Yellu para jugar con un delantero centro puro como clara referencia para intentar la remontada.
Bertug consiguió dar presencia en área al Getafe. Fue más intimidatorio que Uche en la primera parte, un islote arriba en un lugar que no es natural para el nigeriano, nacido para jugar de mediocentro. Con el turco sobre el terreno de juego, el conjunto azulón comenzó a olisquear el área, aunque mantenía su errática dinámica del curso de generar ocasiones claras.
La explosiva salida del Getafe desde los vestuarios no se tradujo en nada desde el inicio. Por lo menos, y era un consuelo menor, el Girona no encadenó tres pases seguidos hasta el minuto sesenta, cuando se dio un pequeño respiro hasta que Bordalás metió más oxígeno en el terreno de juego con las apariciones de Álvaro Rodríguez y Álex Sola, que sacaron del césped a dos jugadores que aportaron muy poco: Nyom y Carles Pérez.
La nueva apuesta de Bordalás se tradujo en una ocasión clarísima que acabó con un paradón de Paulo Gazzaniga a un disparo de Bertug a bocajarro. La acción no contó en las estadísticas porque el linier levantó el banderín, pero si hubiese sido gol habría sido legal porque no había fuera de juego por ningún sitio. El Getafe, con ocho tantos, es el equipo con menos goles de Primera División y Bordalás tiene por delante mucho trabajo para acabar con un mal enquistado.
Esa opción de Bertug fue la última del choque. El Getafe aún intentó un último arreón en los minutos finales, pero no era el día, como tantos otros este curso para el conjunto azulón, que sólo ha ganado uno de los trece partidos que ha disputado. No pudo con el Girona, que se acercó a Europa con un único acercamiento claro. Yangel Herrera y poco más, impulsaron al cuadro de Míchel hacia la zona noble.
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