No fue el estreno esperado ni por Cervera, ni por su equipo ni por la afición. Eso seguro. El Real Oviedo mostró carencias -subsanables teniendo en cuenta que esto acaba de empezar- ante un Tenerife que fue mejor en todas las facetas. Sobre todo en la más importante, el ataque. Ahí fue mejor, tuvo más llegadas y encontró lo necesario para sumar los tres puntos: el gol.
Por parte del Oviedo sólo se puede rescatar un larguero de Borja Bastón que bien pudo servir para puntuar, pero que se antoja insuficiente teniendo en cuenta los recursos con los que sí cuenta este año el vestuario carbayón. Toca afinar y apretar en esa faceta.
Lo positivo en el Heliodoro fueron las nuevas caras que se pudieron ver. El debut de hombres como Paulino, Ibarra, Alemao o Sebas Moyano. Este último dejó muy buenas sensaciones incluso a pierna cambiada.
En definitiva, un partido del que aprender para mejorar y encontrar el camino que quiere un Cervera cuyo rostro de cabreo era visible poco antes de terminar el choque.