Cuando no hay ideas y también falla el olfato, las posibilidades de salir derrotados son bastante altas. Y así fue. El Sporting de Gijón cayó derrotado en A Malata frente al Racing de Ferrol, generando una nueva decepción entre su gente. Esa Mareona que se desplazó en masa y que volvió a salir de morros de un estadio. Ya es la segunda vez esta temporada.
En la primera parte el Sporting apareció algo más, con alguna llegada de Djuka y con un Hassan que es lo único a destacar de este equipo. Al menos, el jugador diferencia. Pero ni con eso sirve. En el segundo tiempo, una genialidad de Heber Pena desequilibró el partido y los de Miguel Ángel Ramírez no supieron reaccionar. Ni con sustituciones ni con cambios de sistema. Atascados.
Esteban Lozano devolvió la ilusión con un golazo de cabeza, pero estaba un pelín adelantado y el árbitro lo anuló. Fue lo único, un espejismo. En la recta final, Álex López se encargó de sentenciar el choque. Tras el pitido final, la decepción en la cara de los jugadores rojiblancos y el rostro largo y de cabreo en la grada de los suyos. Quedan muchas cosas por cambiar.