La ecuación de la esperanza y la pasión termina en fiesta (1-1)

Aperitivo inmejorable el que se vislumbró este sábado en el inicio de la semana más santa de la ciudad (1-1). Con la esperanza del verdiblanco y la pasión del rojo. Una ecuación que en esta ciudad siempre resulta equilibrada. Así lo ratificó el resultado del derbi femenino entre Real Betis Féminas y Sevilla FC. Una cita que tuvo todo lo innato de un partido de estas características y que firmó la fiesta de 23.812 almas.

Poco fútbol y mucha tensión. Así se puede resumir la primera mitad, con un Real Betis que intentó llevar el peso del partido, sin suerte, y con el Sevilla agazapado atrás en busca de hacer daño con sus veloces alas. En este tipo de partidos, en el que a veces el juego brilla por su ausencia, importa más la cabeza, la pasión, la rivalidad y la tensión. Y ese guante lo recogió el Benito Villamarín, conscientes de lo decisivo que podría hacer de Heliópolis una olla a presión.

En lo deportivo, poco reseñable más allá del gol. Tras un tanteo inicial, la primera ocasión llegó del lado visitante. Precisamente en un contragolpe, al cuarto de hora, fue Jenni Morilla la que probó fortuna, pero Rocío Gálvez se anticipó a las mil maravillas para noquear su intento. Un espoleo que tuvo la respuesta inmediata del Betis, con una picadita de Bea que intentó aprovechar la salida en falso de Noelia Ramos. Su disparo salió algo desviado.

La cita comenzó a abrirse, con un ir y venir de intentos que caducaban en zona de tres cuartos. No obstante este tipo de partidos sólo se resuelven con una genialidad. Y Virgy sacó la chistera. La mediocampista de 30 años sacó a relucir su magia, con un brillante reverso para luego zafarse de dos rivales, levantar la cabeza y brindarle el regalo soñado a Bea Parra. Esta recibió entre líneas en el corazón del área y con la zurda, batió a Noelia Ramos para subir el primero rozando la media hora de partido.

Una diana que desató la euforia en el Benito Villamarín, donde la rivalidad pasó a las gradas. El paso de los minutos, además de ese tanto inicial, brindó una superioridad soporífera a las verdiblancas, con el absoluto monopolio de la posesión pero sin peligro alguno. Sólo Jenni puso en aprietos a Emily Dolan y Virgy volvió a probar fortuna, pero todas las ocasiones caducaban al rebasar la zona caliente.

El fútbol hizo justicia

No obstante el paso por vestuarios trajo consigo otra historia bien distinta. La superioridad verdiblanca no se transformaba en opciones reales y ese titubeo lo aprovechó el Sevilla. Cristian Toro agotó sus bazas y las de Nervión le imprimieron más velocidad y mordiente a su ataque. Toni Payne avisó primero, con un centro raso que no encontró rematadora, y Pancha lo hizo más tarde con un disparo al palo. No habría tercer aviso.

Esta vez el fútbol fue justo con el Sevilla y de otra nueva obra de arte, nació el empate. Karen, a un cuarto del final, se inventó un misil teledirigido que besó la escuadra de Dolan, silenció el Villamarín y equilibró la distancia.

El tanto hizo justicia y la desesperación se apoderó del Betis Féminas. Tal es así que Bea Parra fue expulsada y las de María Pry jugaron a remolque en los compases finales. El Sevilla jugó con el tiempo, y la superioridad, a su favor y las locales con más corazón que cabeza. Al final, la ecuación se saltó las reglas y equilibró la balanza. El verde de la esperanza y el rojo pasión de Betis y Sevilla. Dos equipos, que más allá del resultado, ratificaron que aquí esto se vive de una manera diferente al resto del mundo.

Ficha técnica:

Sevilla FC Femenino: Noelia Ramos; Amparito, Mayte, Cometti, Pancha; Alicia (Ana Franco, 77'), Karen, Toni Payne, Olga (Nagore, 55'); Pinel (Maca, 68') y Jenni Morilla.

Real Betis Féminas: Dolan; Nana, Van Dongen, Rocío Gálvez, Paula; Laura (Ana, 89'), Irene, Virgy (Szymanowski, 77'), Rosa; Bea y Priscila (Willy, 82').

Goles: 1-0, m. 27: Bea Parra. 1-1, m. 76: Karen.

Árbitra: Zulema González amonestó a: Cometti (41'), Merel (53'). Expulsó a Bea (78').

Incidencias: Partido disputado en el Benito Villamarín. 23.812 espectadores.