Las enfermedades mentales son las grandes desconocidas. En muchos casos pasan desapercibidas. Como si no tuvieran tanta importancia o en busca de que el tiempo aminore la situación por sí sola. Sin embargo, actuar ante un problema de este calibre que tanto afecta al desarrollo de tu vida es esencial. María Blanco, exjugadora del Athletic Club, le plantó cara a su problema y ahora puede narrar que lo peor ya pasó, gracias a la ayuda de un psicólogo y el apoyo de sus seres queridos. María, ahora, es feliz y con sus palabras busca ayudar a otras personas que anden inmersas en una situación similar.
Una vida de ensueño, con el fútbol como gran pasión y meta, se tornó en oscuridad debido a un par de lesiones de gravedad que lastraron su desarrollo. A los 19 años cambió el Athletic, con el que incluso había debutado en Primera, por Osasuna en busca de minutos. Ahí comenzó su calvario. Los cambios que tuvo que implantar en su vida fueron generando en María una situación que, para ella, se tornaba en imposible.
"Llegué un día a casa y les dije a mis padres que necesitaba ayuda. Que no era feliz. Era una persona de 20 años sin ganas de vivir", cuenta María en una entrevista en el Diario de Navarra. Alfredo Úriz, psicólogo de María y "ángel de la guarda" tal y como ella lo considera, le diagnosticó su problema. "Le conté toda la historia y me dijo que estaba en un momento depresivo y con trastorno de ansiedad. Le puso nombre a mi problema, aunque costaba escucharlo".
María había perdido la pasión por todo lo que antes le encantaba. "No tenía ganas de estudiar, ni del fútbol. Es una angustia continua y sólo quieres dormir". Con trabajo, ayuda y apoyo, la exrojiblanca consiguió salir de un pozo complicado.
En estos momentos, María sólo desea que sus palabras lleguen a oídos de personas que también lo necesiten. Que no se escondan y busquen ayuda, además de enviar un mensaje para reclamar la importancia de aprender a gestionar las emociones, de otorgarle mayor importancia a este tipo de enfermedades. "La mente es un mundo y no nos enseñan a gestionar nuestras emociones, tendría que educarse en las escuelas".
Ahora, María vuelve a ser una chica cargada de ilusiones con toda la vida por delante. "Tengo muchos sueños y voy a luchar por conseguirlos, gracias al apoyo de mi gente". Un auténtico ejemplo de superación.