Alejado del divismo de anteriores temporadas, sin su colección de estrellas (salvo Kylian Mbappé), a punto de culminar la transición plena hacia un equipo marcado por el colectivo y sin las individualidades de antaño, el París Saint-Germain conquistó este domingo su duodécima Ligue 1 con un protagonista inimaginable en anteriores cursos: su entrenador.
Ese no es otro que Luis Enrique Martínez, que ha sabido confeccionar un grupo ganador con menos nombres de postín de lo habitual con los que el club parisino se estrelló año tras año en Europa desde la llegada al poder de Nasser Al-Khelaïfi en la temporada 2012/13.
El técnico español aterrizó este verano en el París Saint-Germain para ponerse al frente de una plantilla que cerraba una etapa exitosa (como casi siempre) en el plano local pero decepcionante en el continental. Nombres como Lionel Messi, Neymar, Marco Verratti o Sergio Ramos se marcharon y dejaron a Mbappé como la única estrella de una galaxia prácticamente desaparecida.
Al-Khelaïfi cambió de rumbo y, sin desperdiciar la calidad de los buenos jugadores, prescindió de los más vistosos y millonarios para buscar el camino hacia un éxito continental que Luis Enrique y su París Saint-Germain aún está en disposición de lograr: sólo tres partidos le separan de la ansiada Liga de Campeones.
Esos encuentros serán el gran examen para el París Saint-Germain, que, mientras, celebra un nuevo título que introdujo este domingo en sus vitrinas. Sin embargo, la Ligue 1 es uno más dentro de lo mínimo exigible. El mérito de Luis Enrique es haberlo conseguido con un giro de timón en la política de su club y con un horizonte en el que Mbappé ya no será, después de siete temporadas, la gran referencia.
El pinchazo del Mónaco en Lyon permitió a los hombres de Luis Enrique sumar su duodécimo título de Liga, el décimo desde la llegada de Al-Khelaïfi en doce intentos. Sólo el Mónaco (2016/17) y el Lille (2020/21), lograron hacer frente a los petrodólares para evitar un pleno de victorias. Aún así, diez Ligas de doce posibles es un resultado espectacular.
El camino hacia la victoria comenzó en verano con una planificación agresiva de salidas. Entre jugadores que no fueron renovados, los vendidos y los cedidos, salieron 31. Entre ellos, los ya citados Messi, Verratti, Neymar y Ramos. Pero también Xavi Simons, Mauro Icardi, Leandro Paredes, Renato Sanches, Julian Draxler, Georginio Wijnaldum o Timothée Pembélé. En la caja de Al-Khelaïfi entró una cantidad superior a los 200 millones de euros.
Por contra, en el capítulo de fichajes, se acabaron las súper estrellas, aunque continuaron los grandes desembolsos. El fichaje más vistoso fue el de Ousmane Dembélé (50 millones de euros), aunque fueron más caros Manuel Ugarte (60 millones), Gonçalo Ramos (65 millones), Kolo Muani (80 millones) y tampoco se quedaron lejos Bradley Barcola (45 millones) o Lucas Hernández (40 millones). Gratis, aparecieron Milan Skriniar y Marco Asensio.
Ninguno de esos jugadores responde al perfil de galáctico. Luis Enrique prefirió formar un colectivo con el canto del cisne de Mbappé para no depender de unas actuaciones individuales que, al final, en la última década, sí que dieron éxitos al PSG pero sin alcanzar la cumbre de la ansiada Liga de Campeones.
Las estadísticas hablan por sí solas: desde el curso 2012/13, el de la llegada de Nasser Al-Khelaïfi, el PSG ha disputado 52 títulos tanto nacionales como internacionales. En total, ha ganado, con la Liga que alzó este sábado, 32. Hasta 20 se le han escapado de las manos, 11 de ellos en forma de fiascos europeos. Ese es el número de 'Champions' que ha dejado escapar.
En Francia, el Lille y el Mónaco han sido los dos únicos clubes capaces de romper la hegemonía del PSG en Liga. Además, ha ganado 6 Copas de Francia de 10 posibles; 6 Copas de la Liga de 8; y 10 Supercopas de Francia de 11. El porcentaje de títulos en Francia alcanza el 78 por ciento de todo lo que ha disputado.
Luis Enrique ha colaborado con dos. En enero ganó la Supercopa tras superar en la final al Toulouse (2-0) y ya tiene en sus manos la Liga. El 25 de mayo se enfrentará en la final de Copa del Lyon y está a un paso de la final de la Liga de Campeones. Si acaba la temporada con esos éxitos, conseguirá cuatro títulos, algo que hasta ahora han logrado Laurent Blanc (2014/15 y 2015/16), Unai Emery (2017/18) y Thomas Tuchel (2019/2000).
Pero ninguno de ellos consiguió la 'Champions'. Luis Enrique aspira a superar a todos con el trofeo más deseado. Mientras, celebra con contención una Liga marcada de nuevo por las actuaciones de Mbappé. Antes de su salida, anunciada a mitad del curso, colaboró con 26 goles y 10 asistencias. Si no hay sorpresas, logrará su sexto trofeo de máximo goleador consecutivo y superará el récord de Jean-Pierre Papin, que acumuló cinco seguidos entre 1988 y 1992. Será el penúltimo gran servicio del mejor jugador del mundo, que no quiere despedirse del PSG sin ganar la Liga de Campeones. Y es que, ese es el trofeo que de verdad interesa a Nasser Al-Khelaïfi.
La Liga menos galáctica, sin nombres como muchos de los que pasaron por París en la última década (Neymar, Messi, Beckham, Ibrahimovic, Verratti, Di María, Cavani, Thiago, Rabiot o Alves), es ya un hecho.
De momento, este título es sólo uno más de tantos. Sin embargo, si el PSG se hace con la 'Champions', será la Liga más valiosa, la que completó un triplete, por qué no un cuadruplete, que encumbraría a Mbappé, el mejor galáctico de una era que llega a su fin, y a Luis Enrique como el hombre que ganó con un cambio de registro en el que primó el colectivo por encima del individualismo.