El Málaga vive instalado en el buen rollo. Lo transmite el equipo en su día a día. Porque los jugadores se divierten trabajando y eso luego se traslada al terreno de juego. Muñiz ha deparado esta mañana a sus hombres una sesión suave, unos 90 minutos llenos de juegos y feeling. Cuando el protagonista de los entrenos es el balón, los futbolistas lo agradecen. Un poquito de carrera continua para empezar con lo bueno. Tres partidillos, ejercicios de remate y un par de originales juegos. En uno, los futbolistas se repartieron por parejas y tenían que mantenerse cogidos de las manos sin separarse ni un instante. Hubo situaciones muy divertidas. Hay química en este conjunto. Hubo otro juego que consistió en pasarse el balón con las manos, con la condición indispensable de marcar goles... con la cabeza.
También hubo tiempo para ensayar las faltas directas: Fernando, Forestieri, Benachour, Duda, Apoño, Obinna y Edinho. Sorprende que entre estos siete ejecutores no estuviese Albert Luque. Sin embargo, el catalán sí que estuvo practicando penaltis con Fernando, Obinna y El Topa.
Muñiz quiere que sus hombres estén a gusto. Habla con ellos, les escucha y les mima. Si ayer le tocó a Forestieri, hoy ha sido el turno para Apoño, que podría entrar en la lista de convocados para medirse al Racing.
Por lo demás, destaca que Stepanov no salió al césped y se quedó en el gimnasio, mientras que Hélder y Mtiliga, tocados, realizaron carrera suave.