El equipo se ha visto apoyado y acompañado por parte de su gente en el hotel del concentración. También en los aledaños del estadio los aficionados se han agolpado, especialmente en la esquina de Gol con Tribuna, donde ha habido cánticos, bailes... Por ahí justamente pasó el autobús malaguista, que desató una vez más las gargantas, que no pararon de gritar y animar a los suyos hasta que el vehículo se perdió por la cochera de Martiricos.
Y, poco a poco, comienzan a ocupar sus localidades los aficionados en el interior del estadio. Todo listo para un día que promete ser mágico y sin incedentes. Por ese motivo, el Málaga ha reforzado sus efectivos de seguridad privada, que se sumarán a las fuerzas de orden público (Policía Local y Protección Civil). Se quiere evitar invasión de campo y más en un día en el que un inspector de la UEFA está supervisando La Rosaleda para los futuros partidos europeos que Martiricos albergará.