Es su mayor virtud y también su peor defecto: la autoexigencia. Ahora, de todos modos, en lo que se centra es en Venezuela y su lucha por llegar al Mundial 2014. La palabra fracaso no le intimida: "No le tengo miedo. Toda persona que quiere llegar el éxito debe arriesgar, y eso hacemos. Sin precipitarnos, pero sabiendo a dónde apuntamos y cómo queremos conseguirlo. Porque ya no nos alcanza con hacer una gran eliminatoria y quedarnos en la puerta. Por eso terminar primeros, terceros o quintos y lograrlo en el repechaje es lo mismo: el objetivo es estar en el Mundial".
Tras marcar en Uruguay el gol del empate ante la selección celeste, Venezuela se medirá a Chile. Tiene ganas de prolongar su racha, pero no lanza las campanas al vuelo: "Es un equipo muy respetable que no hizo una buena Copa América, pero tiene grandes jugadores en las mejores ligas del mundo, algunos realmente desequilibrantes".