Rosan conoce a Julio desde su etapa en el Sao Paulo. “Tenemos confianza mutua y a veces soy su psicólogo y hasta su padre”, señaló. Desveló, asimismo, que el brasileño lleva dos semanas acudiendo a su clínica, de la que desgraciadamente es cliente habitual. “Su día empieza a las 8:30-9 de la mañana, toma un café, e inicia fisioterapia con ejercicios. Luego almuerza, tiene una siesta de una hora y posteriormente otras dos horas o dos horas y media. En total, de seis a ocho horas de trabajo y luego va para su casa. Incluso viene sábados y domingos”, relató.
Además, Luiz Alberto Rosan se erigió como portavoz de Baptista, que sólo se manifiesta de una forma pública en su perfil de Twitter: “Está contento, pero un poco triste porque dice que está teniendo muchas lesiones. Confío plenamente en que la próxima temporada será de Julio, la última no fue muy bien porque jugó muy poco. Está muy ansioso para retornar y hacer un buen trabajo como en la penúltima temporada, Julio quiere jugar”.