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El césped de La Rosaleda se queda huérfano

El Málaga se queda sin uno de los mejores fichajes de la era Al-Thani. Benito Mateo, jefe de jardinería del club, no metía los goles, pero sí hacía una labor concienzuda y cualificada con el césped del estadio de La Rosaleda, del Anexo, del Ciudad de Málaga y, hasta la pasada temporada, de los campos de la Federación.
Mateo deja el club de Martiricos tras dos temporadas y pone rumbo al Valencia, donde realizará ahora sus funciones tan valoradas en el mundo del fútbol.
Benito Mateo llegó al Málaga en el mismo verano del desembarco del jeque. Vino de la mano de Francisco Martín Aguilar, amigo personal, y tras una etapa brillante en el Mallorca, club con el que guarda una especial relación (en la última visita bermellona, Mateo se dejó ver por su hotel). En su etapa en el Málaga, Mateo erradicó uno de los grandes males estructurales del club, el estado del terreno de juego. Creó un equipo de trabajo, compró la maquinaria adecuada y se valió del mejor césped del mercado para crear una alfombra perenne en Martiricos. Su descontento con los últimos acontecimientos en el club y la posibilidad de irse al Valencia han acabado por alejarlo de Málaga, donde será recordado por su excelente labor. 
 

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