F. Godoy IIIEl Málaga dio una lección al Barcelona en la segunda mitad y logró empatar la eliminatoria con diez hombres después de una injusta expulsión de Monreal. En la primera mitad anduvo perdido, pero se recompuso y fue el Málaga que no se achanta ante los grandes. Todo queda abierto para la vuelta.
Seguramente el partido pudo romperse en la primera mitad porque el Barça tuvo ocasiones clarísimas, pero el Málaga fue capaz de revertir la situación y 'ganarle' al Barcelona en su especialidad: el balón. Aun sin Isco, Demichelis, Joaquín, Toulalan, el sello blanquiazul quedó grabado en la casa de los marcianos. Ahora será La Rosaleda la que dará el último aliento para ayudar a seguir haciendo historia.
Resistir de pie en el Camp Nou 25 minutos no es tarea fácil. Sobre todo cuando sale a por ti. Varias ocasiones Messi, Alexis (que falló a puerta vacía). El Málaga aguantaba embestidas y tiraba de estilo, con los cuatro pequeñajos incordiando y los de atrás apretando los machos.
Pero algo no le gustaba a Pellegrini, que salió enfadado del banquillo a regañar a alguno de sus hombres. Fue instantáneo. El Málaga presionó la salida del balón culé. Pinto se la quitó de encima dándosela a Thiago, que de espaldas no vio llegar a Iturra. El chileno robó, se plantó en el área y definió como un killer.
Sin embargo, la alegría duró un suspiro. Y de nuevo por un error pueril de la zaga del Málaga, como el domingo. Le tocó a Weligton, que se complicó ante Messi, para más inri. El argentino puso el empate. Y con el Málaga aturdido, un córner acabó en gol de Puyol. Mal marcado el defensa y regular colocado Kameni.
Y pudo llegar alguno más del Barcelona. Por fortuna, entre Kameni y Alexis Sánchez, el Málaga resistía con el 2-1, que no era malo tal y como estaba el partido. Incluso, pudo marcharse con un 2-2. Justo antes del pitido del descanso, el equipo trenzó una gran jugada y Buonanotte la finalizó lamiendo el gol.
Pellegrini debió ser agrio en el descanso porque el Málaga se estiró en la segunda mitad. Para empezar tiró de Monreal para cerrar filas y colocó a Eliseu en la banda derecha.
No dejó de tener ocasiones el Barcelona, no, pero la imagen de equipo frustrado de casi toda la primera parte dio lugar a la de un Málaga más reconocible, que se animaba a amenazar buscando de nuevo al rival desde la salida de balón. Saviola y Eliseu probaron fortuna. No fue suficiente.
El mejor Málaga ya estaba en el escenario. De una jugada por la derecha de Eliseu dimos con un centro de Duda por la izquierda y un remate difícil de Seba que Pinto, esta vez sí, sacó a una mano milagrosamente.
A Vilanova no le quedó más remedio que tirar de Pedro y Cesc porque el Málaga se estaba cominedo al Barça, incapaz de circular con claridad. ¡Maldito tino! La primera acción de Pedro fue un desmarque. Monreal llegó por detrás y le costó la expulsión. Para el árbitro no hubo dudas. Para los demás, muchas, muchas. Y de la falta previa al Málaga de la que nace esa jugada, nunca más se supo.
Pese a todo, el gobierno del partido era del Málaga. Irreconocible de una parte a otra. Demostró carácter y plantó la bandera de su fútbol en el Camp Nou. Muchísimo mérito.
Y como merecía más el Málaga, llegó el empate. Duda sacó el guante y Camacho se quitó la espina del error liguero. Hay vida, mucha, y más esperanza que nunca. La Rosaleda dictará sentencia. Pero que este Málaga es historia viva no es discutible.