El Hamdaoui trató de hacer memoria en su amplio historial goleador, pero sólo recordó "uno al Willem II jugando en el AZ". Añadió que dobletes sí había logrado muchísimos. A su currículo hay que contar otros dos más jugando en las filas del Ajax.
Pero el partido de El Hamdaoui es digno de analizar. Hubo un susto inicial en el arranque en el que se llevó las manos a una pierna. Afortunadamente todo quedó en un gesto y luego llegó su festival. Tira desmarques, sabe moverse entre líneas y se asocia bien. Un futbolista tremendamente dinámico con el hándicap de que aún no conoce bien a sus compañeros y que está lejos de su mejor forma. Hizo un bonito control con la espuela y sacó un disparo que Rubén logró rechazar con cierta dificultad. También se animó a hacer una vaselina complicada.
Tangibles e intangibles a partes iguales le dejó El Hamdaoui a la afición de La Rosaleda. Dos goles de delantero puro. El primero llegando desde atrás leyendo perfectamente el contragolpe. Otro, aprovechando un pase raso de Gámez (minutos antes, ellos mismos habían estado a punto de hacer un gol similar). Entre medias, una asistencia a Portillo, demostrando no ser egoísta. Tenía una posición favorable para marcar tras leer bien las intenciones de Morales, pero levantó la cabeza y vio a Portillo solo. Impecable.
Para cerrar su show, llegó su tercer tanto. Mejor que lo vean que explicarlo. Pero se coló en el área con calidad. Y también levantó la cabeza para buscar a algún compañero. Sin embargo, decidió irse a buscar a Rubén y colarle el balón por su palo, por el sitio difícil. Y con la zurda. Esta es la carta de presentación de El Hamdaoui.