El Málaga se ahoga en la orilla del Levante

F. Godoy IIIHablar de méritos y justicia no saca de pobre. El Málaga no se trae nada de Valencia. Nada tangible. Sólo una derrota y la frustración de no traducir en puntos un trabajo bien hecho. Pero le falta mucho punch a este conjunto de Schuster. Estancado en 20 puntos en plena cuesta de enero. 

Se acaba la primera vuelta con algún punto menos de los que cabría esperar. Además de otras cuestiones, en las que es difícil delimitar dónde entra el azar y dónde las propias carencias, el Málaga fue peor manejando el fútbol subterráneo. En eso el Levante, muy inferior al equipo malagueño en casi todo esta noche, sí se desenvuelve perfectamente.

Terrible es poco para definir la manera que tiene el Málaga de defender las jugadas a balón parado. Lo mínimo que se lleva uno para el cuerpo es un susto. Esta vez tocó gol, de ese incordio continuo llamado David Barral tras un córner botado por Ivanschitz.
Apenas mostró algo más el Levante, cómodo sin el balón pese a ser el conjunto local. Así que la posesión era para el Málaga, que intenta e intenta hacer cosas pero casi ninguna le sale. No goza de los argumentos necesarios para desenmascarar a equipos aguerridos y plantados atrás como el de Caparrós.
Además de la construcción, el déficit malaguista está en la pegada. Crea poco, llega menos y cuando lo hace carece de contundencia, lo que exagera sus limitaciones.
Dio poco más de sí la primera mitad, adornada -para mal- con la lesión de Weligton. Pese a todo, daba la impresión de que a nada que apretase el Málaga, podía arrancar algo positivo.
El regreso de la caseta nos enseñó a un Málaga más enérgico que el Levante. Se acercaba a la portería de Navas, pero no remataba la faena. Ni por alto, ni de lejos. Ni con centros ni con acciones individuales. Al menos, daba señales de vida.
Buscaba el gol por agotamiento del rival, por puntos. El que más cerca estuvo fue Camacho, con un tiro desde la frontal.
Cuando mejor estaba jugando el Málaga, el partido se calentó. Un escenario que favorecía al equipo de Caparrós más que al de Schuster. Eso cortó un poco la iniciativa malaguista. Aun así, no desfalleció el Málaga y volvió a tener una doble ocasión para el empate.
Primero Eliseu, que intentó finalizar una buena jugada de equipo con la diestra. Juanfran la desvió a córner, no se sabe bien si con alguna parte del brazo. En ese mismo saque de esquina Sergio Sánchez casi la introduce en la portería de Navas con un remate poco ortodoxo.
No podrá quitarle nadie al Málaga sus ganas de llevarse este partido. Lo hizo con el sello de las primeras jornadas de Liga, siendo más intenso que el contrario y empujándolo hasta un rincón. Pero no le sirvió para puntuar. Y eso que probó fortuna de mil maneras. Hasta Flavio rondó el gol con un disparo lejano y desesperado. No era el día. Tocaba probar la hiel del 'otro fútbol'. En eso Caparrós es un maestro.