En todo 2014 sólo ha conseguido sumar y de forma agónica un triunfo contra el Sevilla. Cinco puntos si se le suman los empates con Valencia y Valladolid. El resto, derrotas con Atlético, Real Sociedad y Real Madrid.
Ya no es sólo una cuestión de puntos, es de sensaciones. Contra los grandes sí ha enseñado las fauces a pesar de no lograr las victorias, pero lo más importante -ahora que el objetivo está más cerca- es conseguir una comunión total con su afición.
Por lo pronto, ante el Espanyol a pesar de la fecha y la hora, se aguarda una buena entrada y un ambiente favorable gracias a los últimos puntos logrados y al nivel que mostró ante el Real Madrid. Está en las manos de Schuster y sus hombres hacer que todo fluya.