El despropósito de partido de Delgado Ferreiro y sus ayudantes alentó el descontento del malaguismo. Si bien el colegiado gallego concedió el primer gol del Málaga en un clarísimo fuera de juego de Pablo Pérez por metro y medio, otras decisiones perjudicaron notablemente al Málaga.
Por ejemplo, a los 18 minutos, en un balón aéreo dividido Stuani golpeó nítidamente con su antebrazo, pareció que de manera voluntaria a Antunes, cobrándose alguna cuenta pendiente.
Ya en la segunda parte, el despropósito fue en aumento. Un penalti bastante meridiano de Héctor Moreno, en una patada al estómago de Iakovenko en un centro, no señalado fue el preludio del gol de la sentencia del Espanyol, que montó una contra rapidísima mientras el Málaga aún protestaba. Dos minutos después, Pablo Pérez era expulsado. Es cierto que la fogosidad del argentino, ya con una amarilla, tenía en prealerta al colegiado. Le sacó la roja por un derribo menor a David López en un balón dividido. Rigurosa, casi le pesó más la acumulación.
Después, varios fueras de juego, para los dos bandos, mal señalados. Polémicas jugadas, pero La Rosaleda estalló con el "árbitro, qué malo eres" al final del encuentro en el que apenas hubo descuento por las pérdidas de tiempo del Espanyol.