F. Godoy IIIAbusó el Athletic de este Málaga de circunstancias. Fue inferior en todo a un rival que tiene un hambre de Champions voraz. Destacó sobre todos Aduriz, que dio la noche a Angeleri, retratado durante los 90 minutos por el goleador vasco.
Se sabía que era una parada difícil la de San Mamés. Pero no se esperaba ofrecer una imagen tan pobre. El Málaga, ciertamente, jugó el peor de sus últimos partidos. Aunque a nadie se le escapa que tras alcanzar los 38 puntos resultaba difícil mantener la tensión.
Hay sellos que no se pierden, que perduran en el ADN de los equipos y los clubes, resisten al tiempo. Eso es el Athletic. Aunque llene el equipo de estilistas y cuente con entrenadores que impriman su identidad, como es el caso de Valverde. Siempre tendrá a su disposición la carta del juego aéreo, la del nueve imperial que hace de su cabeza un arma casi letal.
Por este motivo no se puede permitir una acción como la que dio origen al 1-0. Córner de Susaeta y cabezazo de Aduriz a las mallas. Trasladando una tradición del viejo San Mamés al nuevo. Pero el Málaga ayudó y mucho. De nada sirvió lo trabajado por Schuster -según confesó él mismo- en este sentido. Aduriz se marchó de Angeleri con una facilidad pasmosa y Santa Cruz, que cerraba en el primer palo, no cumpió con su cometido.
El Málaga se vio superado por la ferocidad del Athletic en todo momento. No le cogía el pulso al partido. Quemaba el balón, no había nadie que se revolviese contra esta situación. En estos casos es demasiado evidente quién se juega cosas y quién no.
A los blanquiazules apenas se le podía contar un disparo lejano de Eliseu, lateral diestro de emergencia. El Athletic tuvo la sentencia en las botas del propio Aduriz, que no produce al mismo nivel con los pies que con la testa.
Pero la redención para el delantero vsasco llegaría nada más iniciar la segunda mitad. Nuevo despropósito defensivo que el Athletic no desperdició. Susaeta se la sirvió a la perfección para que Aduriz matase a Willy. No había corrido el crono ni 40 segundos...
No dio tiempo para nada. Ni para asimilar el cambio de cromos de Schuster, que introdujo a Iakovenko por Pablo Pérez y situó a Juanmi en su posición natural, tras el nueve.
Tampoco sirvió para mucho el retoque táctico. Estaba cantado que el partido era para los vascos. Las bajas, las circunstancias... Aduriz, que seguía abusando de Angeleri, siguió acumulando ocasiones. Como su equipo. Sin embargo, fue Ander Herrera el que cerró el partido. Remató absolutamente sólo en la frontal del área a la salida de un córner. Otro fallo más del Málaga en defensa. Para colmo de males, a Willy se le coló no se sabe bien cómo. En su descargo, decir que apenas tenía visión.
En la mochila del Málaga una ocasión que Darder cabeceó fuera incomprensiblemente tras una buena jugada de Amrabat cuando todavía el marcador era de 2-0. Lo mejor que hizo Schuster en el partido fue dar descanso a Amrabat y Santa Cruz pensando en el siguiente duelo en casa ante el Villarreal y donde sí hay que dar el zarpazo definitivo.