El Real Madrid-Málaga de este pasado sábado dejó de nuevo varios reencuentros muy especiales. Cómo no, la mayoría de miradas en ese sentido fueron a parar a Isco, malaguista confeso e ídolo de la afición de La Rosaleda. El hoy mediapunta merengue conserva muchísimos amigos en el vestuario de Martiricos y pasó a visitar a sus ex compañeros en las entrañas del Santiago Bernabéu cuando finalizó el choque.
El crack blanco se fotografió con Marcelino Torrontegui, masajista y gran cuidador de la musculatura de los blanquiazules, y con el jefe de los servicios médicos del club, Juan Carlos Pérez Frías. Además, como recuerdo de un nuevo enfrentamiento con el equipo de su corazón, se intercambió la camiseta con Sergi Darder. Isco sigue derrochando malaguismo por los cuatro costados.