Es Noticia
Málaga
2-3
Sevilla

Tragicómico final de curso

Juanmi lamenta una ocasión perdida.
F. Godoy

Hasta luego fútbol. Porque nunca es un adiós. Se termina la Liga y muchas gracias. Gracias porque el Málaga no da para más y gritaba desde hacía semanas que esto llegase a su fin. Y gracias porque el fútbol de Primera tendrá estación en La Rosaleda un año más. Pero siempre nos quedará ese corazón roto por haber dejado escapar el sueño europeo.
No pudo tener peor desenlace este tragicómico final de curso. Con polémica arbitral y derrota con el eterno rival, el Sevilla. Pero con alguna risa desde las gradas cuando el Valencia dejó al equipo de Emery sin pase directo a la Champions (le queda la vía Europa League).
Sabía a fútbol de verdad la primera parte. El Sevilla con un once reconocible, y menos rotaciones de las esperadas. El Málaga con lo que le quedaba del traje de gala. Estabas los condicionantes perfectos para el espectáculo. El conjunto blanquiazul enseñó las uñas pronto con algún acercamiento, una falta lateral en la que Recio obligó a Rico al despeje, una ocasión de Javi Guerra con filigrana incluida... El Sevilla, sin alardes, estaba en el partido, dejando al Málaga acercase para salir rápido a la mínima, sober todo aprovechando a Aleix Vidal.
Una media de hora de fútbol de verdad, de igual a igual, es lo que se puede relatar. Porque apareció Iglesias Villanueva para destrozar al Málaga. Justo en el mismo instante en que el Athletic cantaba su 1-0, el equipo blanquiazul perdía a Weligton. Usó las manos, sí, pero no tanto como para irse a la calle con roja directa. Tenía ganas de marcha el colegiado gallego, que primero repartió tarjetas a Krychowiak y Angeleri por los rifirrafes clásicos de las jugadas a balón parado y en la ejecución de dicha jugada se tragó un penalti como una catedral. Abrazo del oso, a lo 'Pressing Catch'.
Aun así el Málaga tuvo arrestos para seguir dando la cara y poner en problemas a Rico. Juanmi tiró de recursos para meterse en el área, conectar con Guerra, que chutó cruzado. El de Coín estuvo apunto de cazarla, pero no llegó por milímetros. También el Sevilla olió la sangre. Vidal dejó atrás en una acción dento del área a Angeleri y la puso perfecta en el centro. Rosales abortó el peligro cuando se temía lo peor. En las alforjas de la primera parte, sólo un tiro de Boka que de nuevo Rico sólo supo despejar de puños con alguna dificultad.
Gracia vio bien recomponer el equipo con Camacho de central y el centro para Recio en solitario. Y no arrancó mal de energía el Málaga, con un centro envenenado de Boka al que no llegaron ni Guerra ni Juanmi por poco y después con una acción individual de Amrabat por la izquierda que acabó con Rico parando el disparo con alguna dificultad. Y hasta ahí llegó el partido.
El Sevilla aprovechó su superioridad y llegaron los goles. Reyes, Banega y Aleix Vidal. Diez minutos y fin. Tras el 0-2 Gracia se dio cuenta de que tenía que haber metido a un central antes. Quitó a Juanmi y dio paso a Sergio Sánchez, que entró con pitos y abucheos de su afición. Era tarde porque el derbi ya se había escapado por el sumidero.
Acortó distancias Javi Guerra con un buen disparo desde fuera del área, que espoleó algo a un estadio donde ya se habían marchado unos cuantos miles de malaguistas. Los que se quedaron rompieron sus gargantas cantando el himno a unos 15 minutos aún del pitido final. Y poco más. Un gol de Javi Guerra más para maquillar el resultado. Se marcha un curso deslucido por el desenlace, aceptable por el objetivo primigenio pero ya está. El equipo se citó en el centro del campo para dar una última mirada. 360 grados, una vuelta mirando a las gradas con una camiseta de agradecimiento para la abnegada afición malaguista. Pero los malaguistas merecían más que negro sobre blanco, que una frase 100 por 100 algodón. Merecían Europa.

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