Después de que durante el verano, con el ascenso consumado del Betis a Primera, se confirmara el traspaso de Portillo al conjunto heliopolitano, el jugador malagueño intenta ganarse un puesto en el once de Pepe Mel, que está caro con los refuerzos que llegaron y que se prevén (se habla del ex malaguista Joaquín y de Marco Asensio). Goles bonitos, como el que marcó en el Carranza ante el Granada, ayudan a aumentar la confianza.
Portillo está cómodo en Sevilla, pero no se olvida de sus orígenes. Tenía día libre y ayer pasó por San Ignacio, cerca de su casa, donde tiene buenos amigos relacionados con el fútbol. Y compartió parte del entrenamiento del equipo benjamín de El Palo en el campo malagueño. Allí departió con los chavales, que le ven como un jugador de Primera.