"Cuando marcaba me regalaban dos rodaballos", contaba Javi Gracia minutos antes de subir al avión que traía de regreso a la expedición blanquiazul de San Sebastián. Y lucía la pieza orgulloso. El técnico del Málaga sigue despertando simpatías y cariño en tierras vascas. El rodaballo servirá para digerir mejor el clamoroso error de Undiano Mallenco que restó dos puntos al conjunto costasoleño en Anoeta.