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Un año de Arnau

F. Godoy

Un día, otro día, otro y otro más. Así hasta llegar a un año. Justo lo que lleva Francesc Arnau al frente de la dirección deportiva del Málaga, que cogió tras el despido de Mario Armando Husillos procedente de La Academia, donde era la mano derecha de Manel Casanova. En este tiempo el catalán tiene más luces que sombras.

Casi sin tiempo para aterrizar y para masticar mucho la situación, tenía que abordar un contexto complejo en lo deportivo y lo institucional. Tiempo para actuar más que para pensar. Pero su primer fichaje, Chory Castro, sin pagar traspaso a la Real Sociedad, disparó su popularidad y cayó de pie en el entorno malaguista. 
En ese complejo mes de enero tuvo que vender a Nordin Amrabat al Watford por ocho millones de euros al contado. Se trajo a Ricca, Cifu y Michael Santos, una apuesta importante en lo económico pensando en la siguiente campaña. Además, consiguió dos cesiones más, Christian Atsu e Ikechukwu Uche. Al mismo tiempo consiguió dar salida a Espinho y Tigha (a préstamo), Chen, Flavio y Angeleri.
Pero no todo consistió en entradas y salidas, también -antes de que llegase el verano- se logró ampliar los contratos de Kameni y Fornals y renovar a Javi Gracia. Luego llegó la marcha al Rubin Kazan del técnico navarro, lo que provocó que se diese una de las operaciones más importantes de Arnau, firmar a su primer entrenador: Juande Ramos.
Tocaba la gran prueba de fuego, confeccionar su primer proyecto, dado que los meses anteriores fue el heredero. En enero, aunque tardó en hacerlo oficial, se había hecho con Jony, que terminaba contrato con el Sporting y que estaba en la agenda de clubes importantes. También con Keko, por quien se pagaron cinco millones de euros al Éibar, cifra que, unida a la de Michael Santos, anunciaba una etapa económica nueva en el Málaga.
Vinieron más hombres como Koné (800.000 euros) y Kuzmanovic, consiguió una nueva cesión de Juankar y dos de las operaciones que más ruido hicieron por la procedencia de los futbolistas: Sandro, liberado por el Barcelona, y Diego Llorente, cedido a pesar de los impedimentos de Zidane. Y a última hora, además de conseguir la continuidad de Camacho, Rosales y Juanpi, entre otros, se trajo a un portero petición de Juande Ramos: Boyko.
En el capítulo de salidas también fue un verano ajetreado, marchando Filipenko, Ochoa, Espinho, Tigha, Cifu, Horta, Mastour y algunos canteranos como Rafa de Vicente, Pol Ballesté, Deco, Jaime Moreno, Alberto...
Ahora está metido en operaciones internas como la mejora de algunos contratos (como el de Juanpi) y pendiente del mercado para reforzar la plantilla con vistas al mercado invernal.

 

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