A perro flaco todo son pulgas. El Málaga volvió a perder este lunes ante el Espanyol y está más hundido que nunca. Pero no va a haber tiempo para mucho análisis en profundidad ni para lamentos porque el equipo prepara desde ayer martes el partido del viernes ante un Getafe que tiene dos días de ventaja.
El conjunto azulón jugó contra el Atlético de Madrid el sábado a las 13:00 horas, se entrenó el domingo y descansó el lunes para volver a los entrenamientos este martes con la mente puesta en el Málaga. Por su parte, los de Míchel jugaron contra el Espanyol en La Rosaleda el lunes y acabaron casi al borde de la medianoche, por lo que van a tener sólo martes, miércoles y jueves para preparar el choque que se disputará este viernes en el Coliseum (21:00 horas, beIN LaLiga Santander).
El equipo blanquiazul y el propio entrenador están para poner pocas excusas, pero es una realidad que el Málaga vuelve a ser perjudicado por los horarios, no ya porque el estadio no se llene y haya buen ambiente, sino porque afectan directamente a la hora de trabajar y preparar un encuentro para el que el Getafe tiene una ventaja de más de 48 horas, como también tuvo recientemente el Alavés.