Tarde, muy tarde llega este empate del
Málaga ante el
Celta, este punto trabajado en Balaídos, el planteamiento defensivo ante uno de los peores Celta que se recuerda y la buena actitud de algunos jugadores. Todo llega tarde, menos la falta enorme de calidad de este plantel, que no da para más, que es incapaz de meterle mano a un rival romo e inoperante. Un adversario como el Celta que, salvo los ramalazos de Iago Aspas, no ofreció nada. Un despropósito sobre el verde incapaz de tumbar al colista ni jugándose la Europa League.
Un punto cosechado lejos de casa que consigue cercenar, al menos, la sangría de derrotas en la que había entrado el Málaga. Tras siete derrotas seguidas, llegaron unas tablas que no sirve ni al Málaga para soñar con la salvación (que está a 13 puntos) ni al Celta para meter más presión a sus rivales por la séptima plaza de cara a la lucha por clasificarse para competición europea.
Lo peor es que este punto traerá consigo una avalancha de declaraciones vacías y discursos que ya no llenan. Porque
el gravísimo problema de este equipo es que es incapaz de dar más. De ahí que se encuentre en la situación trágica actual. Se encontró a un rival dormido, pasivo, que le daba todas y cada una de las facilidades del mundo y, ni aún así, fue capaz de generar peligro alguno. El Celta, quizás absorbido por el ritmo mortecino del Málaga, apenas llegaba a la portería de Roberto.
Tampoco había peligro en la otra portería. Sirva como ejemplo del tristísimo rendimiento de ambos conjuntos que ambos se marcharon al descanso sin haber lanzado ni una sola vez entre los tres palos. Normal que la grada de Balaídos pitara a los suyos viendo que eran incapaces de meterle mano al colista.Teniendo en cuenta lo poco o nada que ya tiene que ganar el Málaga en estos últimos meses de competición (arrancó el partido a 14 puntos de la permanencia), era evidente que el peor parado de un choque sin ritmo y romo en ataque, era el equipo vigués, que sigue teniendo Europa como objetivo. Los de José González se resistían ante uno de los peores rivales con los que se han enfrentado este curso.Unzúe tardó en reaccionar ante semejante rendimiento y espabiló el Celta. Iago Aspas se echó al equipo a las espaldas y puso a prueba a Roberto. El primer disparo a puerta de los locales llegaría pasada la hora de partido. Eso sí, en apenas unos minutos, el cancerbero malaguista tuvo que sacar dos a Aspas.No marcó de milagro el ariete gallego (falló una solo a un metro de la línea de gol y sin portero) y debe dar gracias a su falta de tino el Málaga que pudo sacar, al menos, un empate de Balaídos. El postrero tiro de Lestienne al palo despertó el murmullo en la grada local, pero nada más.
........Y hasta el Malagueño se lo han cargado. Tenía 10 puntos con el segundo.