El Málaga ha tenido que cambiar sus planes de trabajo sobre la marcha. El equipo tenía previsto entrenarse esta mañana a las 10:00 horas en el Ciudad de Málaga pese a ser la última sesión de la semana, pero los blanquiazules se han topado con un problema inesperado, una "pequeña fuga de agua" que ha obligado a un traslado forzoso a La Rosaleda con todo lo que eso conlleva a nivel logístico.
El contratiempo, obviamente, ha retrasado el inicio de la sesión de trabajo en el campo principal de Martiricos. En teoría se trata del último entrenamiento de la semana con la incertidumbre real de no saber todavía si se va a jugar o no el partido ante el Reus, algo que debe conocerse durante la jornada de hoy (los clubes tienen hasta las 12:00 horas para presentar alegaciones tras el último escrito de la AFE).