Cuesta creer que el Málaga va a pelear por el ascenso directo ofreciendo la imagen de este domingo en el Nou Estadi. Lo mejor fue, sin ninguna duda, el resultado (0-1) y esos tres puntos que el cuadro blanquiazul se trae de tierras catalanas. Se le apareció la Virgen al equipo malaguista y a Dani Pacheco en Tarragona. El pizarreño marcó en la segunda mitad con la inestimable colaboración de un defensa local y dio la victoria a un Málaga que recorta con respecto al Osasuna y supera al Dépor en la tabla. Las sensaciones siguen sin ser nada buenas. Pero la realidad es que el conjunto dirigido por Muñiz lleva toda la temporada arriba y sigue ahí.
Hizo una revolución en el once el asturiano, disponiendo una alineación mucho más ofensiva que de costumbre. El Málaga volvía al 4-4-2 con Erik Morán y Adrián en la medular y Harper y Blanco en la punta de lanza. Ni ese alboroto en el once hizo que el equipo saliera bien al césped del Nou Estadi de Tarragona. Empezó mejor el Nástic, que tuvo una ocasión clarísima en el minuto 3, pero el remate final de Luis Suárez en boca de gol se marchó rozando el palo izquierdo de Kieszek, que defendía la portería blanquiazul ante la ausencia de Munir, con Marruecos.
La banda izquierda de Ricca y Ontiveros era una autopista para Pipa, que protagonizó varias acciones peligrosas en los primeros compases del encuentro, haciendo daño al Málaga por ese costado constantemente. El Málaga no estaba nada cómodo sobre el verde. La apuesta por una alineación con tintes más ofensivos no se tradujo en juego ni ocasiones. De hecho, las más claras fueron para los catalanes, que en el 27' rozaron el 1-0 con un fuerte derechazo de Kanté que mandó a córner Kieszek.
La sensación es que el equipo no está bien trabajado en lo que a generar fútbol de ataque se refiere, por muchos futbolistas de perfil ofensivo que pueda alinear Muñiz en el once. Y casi ningún jugador está al nivel esperado y requerido para pelear por el ascenso. Ni un disparo a puerta del conjunto blanquiazul en la primera mitad, que acabó en gafas (0-0). 45 minutos para olvidar que a los puntos se habría llevado sin duda el Nástic, pero a los de Enrique Martín les faltó acierto. En algo debe ir que sea antepenúltimo de LaLiga 1|2|3 y esté a ocho puntos de la salvación.
El paso por los vestuarios no sirvió como estímulo para el Málaga. El guión era el mismo hasta que en el minuto 54 Blanco Leschuk mandó un trallazo al larguero de Bernabé tras una buena jugada individual en el área grana. Se la guisó el argentino, se escoró y sacó un potente disparo que se estrelló en el travesaño. Fue un espejismo. Seguía siendo mejor el Nástic, que llegaba con más continuidad y con más peligro. Tampoco ayudaban las continuas imprecisiones de los blanquiazules. Una de Harper casi cuesta el 1-0, pero a los granas les seguía faltando puntería.
Es tan puñetero el fútbol que el primero en golpear fue el Málaga. La suerte estuvo de su parte este domingo, y de qué manera. Dani Pacheco, que había salido poco antes por Ontiveros, recogió un rechace al borde del área y disparó, con la fortuna de que el balón fue desviado por un jugador del Nástic y entró llorando en la portería de Bernabé. Primer tanto del pizarreño con la camiseta del Málaga, un gol importantísimo que acabó dando un triunfo vital al conjunto dirigido por Muñiz, que tras el 0-1 se limitó a defenderse como gato panza arriba y amarrar esos tres puntos que saben a oro tras el devenir del encuentro.