Tarde fría en La Rosaleda. Y helada y aburrida se fue la afición de vuelta a casa tras un partido en el que pasaron pocas cosas. El Málaga CF propuso algo más que el Fuenlabrada, sobre todo en la segunda parte, pero apenas dio para generar oportunidades. No cometió errores, ofreciendo mucha seguridad atrás, pero sigue faltando lucidez y claridad de ideas en tres cuartos de campo, al margen de que el equipo esté jugando sin delantero referencia desde que Sadiku cayó lesionado. Un punto más ante un correoso y ordenado rival que al menos sirve al conjunto blanquiazul para salir del descenso.
Salía Víctor con tres novedades en el once, todas ellas obligadas. Diego González, Benkhemassa y Juanpi fueron de la partida y ocuparon los puestos liberados por el lesionado Lombán, el sancionado Keidi Bare y Adrián, que fue el último descarte, quedándose fuera de la convocatoria debido a unas molestias musculares. Los diez primeros minutos fueron de tanteo y de un alto respeto mutuo. El Málaga lo intentaba a balón parado y con varios saques de banda de Luis Hernández, pero sin llegar a crear peligro. El Fuenlabrada estaba cómodo en el papel de esperar y tratar de salir a la contra, pero tampoco puso en aprietos a Munir en el tramo inicial del encuentro.
Los madrileños se cerraban a las mil maravillas con un sistema perfectamente estudiado, con ayudas, y con mucha intensidad en los duelos individuales. El Málaga tampoco sufría atrás, pero le costaba un mundo combinar cuando llegaba a zona de tres cuartos. No pasaba nada sobre el césped de La Rosaleda y la afición empezaba a impacientarse, más por aburrimiento que por otra cosa.
De hecho, lo poco que se puede contar de la soporífera primera mitad es que Renato Santos se marchó lesionado y dejó su sitio a Boulahroud, pasando Juanpi a ocupar el costado diestro del ataque. El marroquí acompañaba en la medular a un Benkhemassa perdido y desubicado, además de intrascendente en el juego. El primer disparo a puerta fue de Hicham tras recoger un rechace, y justo después Mikel Villanueva la tuvo de cabeza, pero su remate lo atrapó el meta visitante. Un par de minutos después llegó el descanso.
El paso por los vestuarios no cambió nada. El guión era idéntico, salvo que la crispación con el colegiado iba en aumento por varias decisiones controvertidas en contra del Málaga. Una buena jugada personal de Cifu en el 55' que no remató por centímetros Antoñín fue la primera llegada de la segunda mitad. Seguía costando un mundo a los de Víctor generar peligro, y lo conseguía más por empuje e ímpetu que fútbol. Así llegaron las dos más claras sin serlo del todo, un disparo de Boulahroud desde la frontal que paró Biel Ribas y un remate demasiado cruzado de Diego González, que lo tenía todo para marcar en boca de gol.
Mejoraba el Málaga, dominando al Fuenlabrada y jugando en campo contrario durante muchos minutos. Pero en el área las buenas decisiones brillaban por su ausencia, al margen de que el equipo está jugando con dos delanteros que no son arietes puros de referencia y no llegan a zona de remate como sí lo puede hacer Sadiku. De ahí al final, un centro-chut de Cifu que desvió bien Biel Rivas y poco más. Empate frío, al menos el punto sirve al Málaga para salir del descenso.
Más de lo mismo. El equipo lucha pero no da más de sí. No aprovecha las pocas ocasiones que tiene y por lo menos hoy no ha tenido ese fallo puntual en defensa que cuesta los tres puntos. Tampoco Victor sabe jugar con las piezas que tiene. Por ejemplo: se lesiona un jugador de banda (Renato) y en lugar de sacar a otro jugador de banda (Keko) saca a ¿Boulahroud?. Luego saca a Keko en el minuto 86. No lo entiendo.
Una jornada mas o una menos para el descenso. Este grupo de turcebotas no sirve ni para jugar el partido de solteros contra casados. Es lo que hay. Lo demas es engañarnos nosotros mismos.