Los dos primeros partidos del Málaga tras el parón no han sido los mejores a nivel personal para Armando Sadiku. Volvió a marcar de penalti, pero el albanés, tal y como le sucediera en los partidos previos a la suspensión de la temporada, no termina de enganchar actuaciones contundentes. Un dato lo resume todo: no marca un gol que no sea de penalti desde el 26 de enero, cuando vio puerta en el empate frente al Mirandés (ver vídeo superior). Buenacasa le aprieta, pero se lesionó nada más llegar y ahora no termina de desbancarle de la titularidad. Para colmo, Sadiku convive con el temor a una quinta amarilla desde, ojo al dato, el 21 de diciembre del año pasado.
O lo que es lo mismo, cuando llegue este sábado a La Rosaleda habrán pasado casi seis meses exactos desde que quiera la cuarta amonestación, frente al Lugo en el último partido de 2019. Cierto es que hay que descontar los meses que el fútbol ha estado parado por el coronavirus, pero son 12 los partidos que el máximo artillero del equipo -suma 11 goles esta temporada- ha manejado las situaciones para evitar perderse un partido por sanción. Jugador de empuje, intenso, ha regateado la quinta amarilla hasta ahora y Pellicer reza para que así sea hasta final de curso.
Tanto él como Pacheco -lesionado- son los únicos jugadores que actualmente se encuentran a una amarilla de cumplir ciclo. A dos hay varios más: Tete, Mikel, Munir, Boulahroud, Ismael, Renato y Luis Muñoz. Este último es el jugador más tarjeteado del equipo, con ocho. Registros que pueden ser clave en el devenir más próximo del equipo, que sufre con cada sanción o lesión en base a las manidas 18 únicas fichas profesionales de las que dispone. Muchos de ellos, jugadores capitales como un Sadiku que suma seis meses en el filo de la navaja.