Muchos errores y poco Málaga

Cuando visitas a un equipo como el Mallorca, recién descendido y con una racha impresionante en las últimas semanas, no te puedes permitir un mínimo error. Equipos así difícilmente los pasan por alto, no te perdonan. Y el Málaga CF lo comprobó (3-1), tal y como le pasó en Vallecas. Fue un equipo tremendamente alejado de su mejor versión, que regaló el primero y también el segundo gol, si bien en el 2-0 habrá que creerse lo que dice el VAR. El partido se hizo eterno para un desconocido Málaga, que reaccionó con un gol afortunado que fue únicamente un espejismo en un partido para olvidar y aprender. El Mallorca fue infinitamente superior, sin más.

La primera parte trajo, sin ningún género de duda, los peores 45 minutos de la temporada en el Málaga. No sólo por fútbol, sino porque fue deslavazado de punta a punta por un Mallorca que hizo suyo el frenesí en el verde. Desde el comienzo se vio al equipo bermellón mejor plantado, más intenso y con el colmillo afilado. La vuelta del once de gala no implantó las sensaciones positivas de días atrás y el Mallorca engulló al Málaga. No le permitió construir -tapó perfectamente a Ramón y Luis Muñoz- y entre triangulaciones y entradas por banda rascó las paredes del Málaga hasta hacer un boquete.

Uno de esos comienzos de partido en el que ves venir el golpe. No tardó mucho, apenas 10 minutos. Jugada ensayada del Mallorca, disparo rechazado desde la larga distancia y error de juvenil de Josua Mejías. El venezolano, dubitativo durante todo el encuentro, se quedó descolgado varios metros habilitando a medio Mallorca. Amath, sin oposición, fusiló a Juan Soriano y puso justicia al mejor arranque local. Lejos de reaccionar, el Málaga siguió desconectado y el Mallorca lo propuso todo. Fantástica primera media hora de los insulares, un equipo con argumentos para aspirar claramente al ascenso.

Tardó 24 minutos el Málaga en rematar a portería. Fue Josua, en un tímido cabezazo, el primero que obligó al menos a Manolo Reina a justificar su sueldo. Pasados los 30 minutos iniciales, el Mallorca bajó un peldaño su intensidad y eso sirvió para que el Málaga volviera a respirar. Sólo eso, porque en fase ofensiva el equipo no apareció. Un par de buenos centros sin remate, dos tarjetas amarillas que rascó Yanis y nada más. Ni Chavarría ni Caye entraron en juego, tampoco llegaron buenos balones. Las consecuencias, un Pellicer absolutamente desesperado en la banda y un 1-0 justo al descanso.

Pellicer hizo un cambio al descanso y sacrificó a Juande, que ni mucho menos había sido el peor de la defensa. De vuelta a la línea de cuatro atrás, cinco minutos pasaron únicamente hasta el segundo sopapo. De nuevo erró Josua, que se zampó la marca de Raíllo. El central cordobés cabeceó solo tras una falta latera, un gol que fue revisado por el VAR por la situación milimétrica del goleador. Ni la propia repetición lo aclara, lo de las líneas en la sala VOR es para mirárselo. ¿Brazo? ¿Codo? ¿Hombro? Alguien debería explicar cómo se tiran. Segundo error grosero, segundo gol del Mallorca. Para colmo, Caye se fue con molestias en la rodilla derecha al filo de la hora de juego. Entró Jairo buscando algo más de dinamismo en la vanguardia.

Y en un caracoleó de Jairo llegó el 2-1. No terminó de salirle el regate, pero fue una buena noticia porque por detrás llegó Chavarría para empalarla y, con fortuna porque el balón salió rechazado en una parábola imparable para Manolo Reina, acortar distancias. La ley del ex, por una vez, favoreció al Málaga. La respuesta del Mallorca la firmó Amath con un buen disparo que obligó a Juan Soriano a una parada de mucho mérito. En esos minutos locos cayó la sentencia con el 3-1. Otra contra fulgurante del Mallorca (de nuevo por la banda de Calero). Pase atrás de Cufré y remate desde la frontal de Dani Rodríguez. No demasiado escorado, quizá pudo hacer algo más Soriano. Sea como fuere, llegó el tercero que enterró la esperanza del Málaga. La losa final para los de Pellicer, que deben cambiar el chip porque el lunes toca otro gigante como el Espanyol.