Sonrisas o lágrimas
Si van a rellenar la casilla del Málaga CF en las próximas quinielas, sigan un consejo: no marquen la ‘X’. Está claro que corren el riesgo de fallar, porque el fútbol no se rige por las matemáticas, pero tendrán de su lado a las estadísticas. El equipo de Sergio Pellicer, que atraviesa uno de los picos de la temporada, enlaza nueve partidos consecutivos oficiales sin empatar (uno de Copa del Rey y ocho de Liga). Cuatro triunfos, cinco derrotas y ninguna igualada. Nueve encuentros en los que ha ganado o ha perdido. Sonrisas o lágrimas. Sin grises. En una competición en la que empatar está ciertamente devaluado, no es mala cosecha por aquello del valor triple de las victorias. Las últimas dos consecutivas lo han puesto con 40 puntos y con el dilema de hacia dónde mirar, si arriba o hacia abajo.
No empatar un partido tiene sus aspectos positivos y negativos, según se gane o pierda. Analizando los encuentros en cuestión, el Málaga ha sido capaz de conseguir esas cuatro victorias ante Alcorcón, Rayo Vallecano, Sabadell y Logroñés dejando la portería a cero, algo que es un dogma en este curso para los blanquiazules. De hecho, de sus once triunfos totales en sólo uno recibió un gol en contra, en la Nova Creu Alta. Terminar sin recibir parece condición sine qua non para que los blanquiazules ganen sus partidos. Pellicer incide mucho en ese capítulo, como otros muchos técnicos de una categoría con escaso desequilibrio, resultados muy exiguos y pocas alternativas. Hay poco margen para sorpresas en los guiones.
El Málaga enlaza nueve partidos consecutivos oficiales sin empatar. Cuatro triunfos, cinco derrotas y ninguna igualada. Nueve encuentros en los que ha ganado o ha perdido
Así, la gestión de los marcadores que se ha hecho en esos triunfos ha sido bastante eficaz, sin especular con el resultado como en otras fases de la temporada y sin renunciar a las señas de identidad del equipo. La segunda parte de Las Gaunas fue una buena muestra. Por el contrario, y ahí está el aspecto negativo, el Málaga no ha mostrado capacidad de reacción cuando se ha visto por detrás. Es una tónica global a mejorar. Empezar perdiendo llena de nubarrones el partido. Sólo ante el Lugo el equipo fue capaz de rascar un empate, y de los últimos nueve encuentros que se analizan únicamente contra el Granada sí se mostró una mejoría que fue insuficiente.
Ahora se atraviesa la cresta de la ola, y el Málaga se marca mini retos cortoplacistas para seguir escalando y poder cambiar por pleno derecho el discurso de la permanencia. Los próximos son enlazar tres triunfos consecutivos y tres partidos seguidos con la portería a cero. Dos interesantes desafíos para el partido del próximo domingo contra el Tenerife, en el que lo menos probable será un empate, porque además los chicharreros llevan seis jornadas seguidas sin hacerlo.