Stefan y Marko Scepovic llevan el fútbol en los genes. Su padre, Sladjan, les dio la vida y los goles. Se criaron en Mérida, donde su madre les obligaba a hablar castellano, pero luego iniciaron carreras que les han llevado a cada uno a nueve países diferentes con sólo un club en común: el Videoton húngaro. En la trayectoria de Stefan, actual delantero del Málaga CF, hubo antes dos estaciones profesionales en España: Sporting y Getafe. En la de Marko sólo una, el Mallorca, rival del cuadro blanquiazul el próximo fin de semana en La Rosaleda.
No fue una etapa agradable ni longeva la de Marko Scepovic en el cuadro bermellón aquella campaña 14/15. Recaló en la isla como cedido por una temporada con el Olympiakos, pero no terminó el curso y llegó a estar apartado por el entonces entrenador Valery Karpin y pese a que era el máximo goleador del equipo. Karpin lo señaló públicamente por “falta de actitud”. Luego fue repescado por Miquel Soler, quien suplió al ruso en el banquillo, pero terminó saliendo del equipo en marzo para jugar en Rusia con el Terek Grzony checheno. Disputó Scepovic un total de 15 partidos en Mallorca, anotando seis goles.
Formado en el Partizán, como Stefan, y dos años menor, Marko Scepovic iguala a su hermano en número de países en los que ha jugado: Serbia, Grecia, España, Rusia, Bélgica, Hungría, Turquía, Tailandia y Chipre, donde vive actualmente al ser fichado a mitad de temporada por el Omonia Nicosia. Tienen ambos almas de temporeros. Cabe añadir por último, a modo de curiosidad, que otros dos delanteros del Málaga tienen vínculos con el Mallorca: Chavarría jugó allí la temporada pasada, y Caye Quintana lo hizo en su filial en el curso 16/17.