El CD Castellón pondrá fin a su regreso a Segunda División en La Rosaleda, un estadio que en apenas un año será el principio y el final de todo para el cuadro orellut, que la pasada semana consumó su descenso a la Primera RFEF tras caer en casa ante el Rayo Vallecano. 10 años después volvía el Castellón a Segunda y la aventura no ha podido tener un final más trágico. Su final de temporada ha sido absolutamente aciago y no ha sido capaz de sacar la cabeza del pozo. En el recuerdo, aquella noche del 24 de mayo del año anterior en la que Martiricos alumbró el que entonces era el último ascenso a LaLiga SmartBank. La noche en la que el Castellón reinó en La Rosaleda.
Un gol de Ortuño fue suficiente para que doblegaran al Cornellà y para que dejaran las últimas fotografías de festejo en La Rosaleda, un estadio que tuvo una prórroga a la temporada con el play off de ascenso a LaLiga SmartBank. De aquella fiesta a la tragedia de la pasada jornada, apenas unos días después de que, tras una petición de la Federación de Peñas, el Castellón despidiera a Juan Carlos Garrido. Necesitaba ganar y esperar los resultados de sus rivales directos pero, a las primeras de cambio, derrota y descenso. Un año después La Rosaleda le dirá adiós tras recibirle con los brazos abiertos.