El de este sábado ante el Fuenlabrada era un partido ilusionante para la afición del Málaga CF. Se había preparado un desplazamiento masivo al choque, que supo lo que es el aliento de casi 500 malaguistas apretando a los suyos. Un viaje como los de antes de que el coronavirus hiciera aparición en nuestras vidas y que, tras lo vivido en el Fernando Torres, ha tornado la ilusión en desolación. En apenas 90 minutos.
Era un trayecto largo, más de 500 kilómetros, que muchos de los reunidos en el campo madrileño han hecho en autobuses que salían esta misma mañana desde Málaga. Ahora, con el ánimo por los suelos y una sensación triste, se vuelven a casa nada más haber terminado el partido.
Se llevan una previa como las de antaño, con todo el malaguismo desplazado reunido en un punto de Fuenlabrada. Pero las sonrisas se quedaron en el aire cuando el colegiado indicó el pitido final. Antes del inicio del encuentro, la esperanza y la confianza se adueñaban del ánimo de la afición del Málaga, que acabó desesperada viendo cómo su equipo no daba una a derechas después de que el cuadro local anotara el único gol de la tarde.
Bueno pues vamos para Málaga de nuevo con la cara rota y el ánimo por los suelos, eso sí con la cara bien alta, por qué nosotros los que nos hemos pegado la paliza de viaje, si lo hemos dado todo en el campo, desde el 1 al último minuto, nos hemos dejado la garganta en esa grada pic.twitter.com/OwNRyIkofX
— FRENTE COMEPIPAS (@COMEPIPASFRENTE) March 19, 2022
Decía Natxo González en la previa del choque que la obligación de ganar está siempre, pero que con el respaldo de tantos aficionados en el Fernando Torres seguro que iba a ser más fácil. Nada más lejos de la realidad... Al Málaga y a su afición, tras lo de Fuenlabrada, aún les queda sufrimiento que pasar en este tramo final de LaLiga SmartBank.
Ya me paso a mi y mi familia en valdepeñas hace algunos años. ,lo del frente boquerón de verguenz
A propósito de la afición. De vergüenza e indignante la entrada del Frente Boquerón al estadio. Saltando tornos. No respetando ni a nada ni a los propios malaguistas que ya estábamos. Nos desplazaron a empujones creando un ambiente con niños malaguistas que iban con sus padres llorando de miedo. Tuvimos muchos que intentar arreglarlo con los de seguridad para que entendieran al menos que esos no representaban a todo el malaguismo. De vergüenza ajena. Que no les de más coba el club, que eso ya pasó en otros equipos y al final tuvieron que echarlos de los estadios. Desde luego donde vayan ellos no iré yo.